lunes, 23 de julio de 2012


TEMA 1. EL CONCEPTO GEOPOLÍTICO DEL MUNDO ÁRABE

1.1.   Mundo Árabe y Mundo Islámico.

El interés por el Islam y por el Mundo Árabe surge en tiempos modernos como consecuencia del protagonismo que ambos han alcanzado como actores de procesos y de conflictos actuales de primer orden, por tanto surge la necesidad de conocer las circunstancias que rodean a lo islámico y a lo árabe como forma de interactuar con ello en un mundo donde no se puede ignorar la importancia que han adquirido. Se deberá reflexionar por tanto de los elementos esenciales que explican que es el Islam y que es el mundo árabe, y si suman o se contraponen y cuando. Para esto es necesario descartar la simplista visión occidental y abrir la mente al dualismo existente entre ambos conceptos, a veces aunados bajo la dirección de los propios gobiernos árabes-

Mundo Islámico: Asociado a la religión musulmana, comprende una población de 1300 millones de personas y es la 2ª religión del planeta en cuanto a número de practicantes, geográficamente se extiende desde la áfrica atlántica hasta el Asia oriental incluyendo:
               
Bloque árabes
                Bloque turco
                Bloque iraní
                Bloque indio
                Asia Sureste
                África negra

La diversidad de lenguas, etnias, cultura, etc. provoca que no podamos entender que el mundo islámico es un mundo homogéneo. El Islam es además de una religión una forma de entender la política, la ley, la cultura e incluso la filosofía.

Mundo Árabe: Preexiste al Islam, se asocia a un concepto geográfico a la vez que étnico y lingüístico, que además usa al Islam como elemento de cohesión entre ellos. Existe una doble extensión de lo árabe y el Islam:

                Pueblos que adoptan tanto uno como otro, en este caso la mayoría
                Adoptan lo árabe pero no el islam, tal como ocurre con los maronitas en el Líbano
                Adoptan el Islam pero no lo árabe, tal como ocurre con kurdos y bereberes

El Islam, comprende lo árabe salvo pequeñas excepciones, pero lo árabe no se extiende sobre todas las zonas consideradas islámicas.

Los Componentes del mundo árabe: No se puede definir más que a través de un conjunto de elementos:
               
Lengua: vehículo de comunicación, pero también se reviste de un carácter sagrado, es compartida por ejemplo por la Umma, existen también diversas variantes y dialectos.

Territorio: es aquel en el que vive una comunidad autodenominada como árabe, se distinguen varias regiones, como el Magreb, el Machreq y el valle del Nilo, coexisten con asentamientos no árabes con la posibilidad de que surjan conflictos entre ellos.

Nación: Sentimiento de pertenencia a la comunidad árabe, surge el Panarabismo, ideología que nace como oposición a la dominación otomana y que pretende la unión de todo lo árabe en una solo entidad política. El panarabismo sin embargo ha fracasado en la práctica, donde se ha acabado por imponer la identidad nacional y la pertenencia a un determinado Estado.

                Religión: Chiís y Sunís

1.2.   La división territorial del Mundo Árabe.

Como ya se ha dicho, no todo el Islam es árabe, el mundo árabe comprende en su geografía a 270 millones de personas (el 20% de los musulmanes son árabes) y su alineación suele coincidir con la pertenencia a la Liga árabe, compuesta por 22 países, aunque no en todos impera una mayoría árabe. Geográficamente, las zonas que integran el mundo árabe son:
               
Valle del Nilo: Egipto y Sudán.
Machreq (Levante): países del Levante (Líbano, Jordania, Palestina); creciente Fértil (Siria e Iraq) y Península arábiga (Arabia Saudí, Kuwait, Bahréin, Emiratos Árabes, Omán, Yemen).
Magreb (Poniente): Marruecos, Argelia, Túnez, Libia y Mauritania
Cuerno de África: Somalia, Yibuti, Comoras.

Políticamente, los países de la liga árabe son:

22 países: Arabia Saudí, Argelia, Bahréin, Comoras, Egipto, EAU, Iraq, Jordania, Kuwait, Líbano, Libia, Marruecos, Mauritania, Palestina, Omán, Qatar, Siria, Somalia, Sudán, Túnez, Yemen, Yibuti.
No todos son árabes en su mayoría (Somalia, Yibuti y Comoras) y no todos son “Estado” (Palestina).

1.3.   Poblaciones étnicas y religiosas.

a)      Poblaciones étnicas:

El mundo árabe no es étnicamente homogéneo, son árabes en la Mayoría con excepciones en EAU y Qatar, debido a la inmigración y en Somalia, Yibuti y Comares.

Los bereberes por su parte suman 15 millones, mayoritariamente desperdigados por el Magreb, cuya población rigurosamente se puede decir descendientes de bereberes arabizados, su composición por países es la siguiente:

Marruecos: 30%
Argelia: 17%
Túnez: 5%
Mauritania: 15%
Libia: 6%
Sáhara Occidental
               
El Kurdistán es una región natural que comprende territorios de distintos países, la etnia kurda es mayoría en esta delimitación y minoría más o menos importante en países como Turquía, Irán, Siria e Iraq

                También encontramos etnias africanas en Mauritania, Sudán, Yibuti y Somalia

Debido a la emigración, que son una importante fuerza laboral en ciertos países árabes, tanto en los campos de petróleo como en el área doméstica, encontraremos diversas etnias asiáticas, así como turcos, iraníes, indios, filipinos y procedentes de Sri Lanka.

Por último, los europeos coloniales desaparecen en su inmensa mayoría según van produciéndose las declaraciones de independencia y los que ahora residen en el mundo árabe suelen ser por razones laborales, normalmente de alto nivel.

b)      Poblaciones religiosas:

Musulmanes: Una cuestión política sobre la sucesión del Profeta distinguirá dos grupos principales de musulmanes, los Suníes y los Chiís. En origen, la negativa de estos últimos de reconocer a Muawiya (661-680) por no ser descendiente directo de Alí, yerno del profeta, será la causa de la disputa y de la sucesiva división.

Suníes: Conforman entre el 85% y el 90% de los musulmanes en el mundo, son mayoría en el Magreb y él en el Machreq, en este último caso con las excepciones de Iraq, Bahréin, Líbano y Omán. Los suníes defienden que es la propia comunidad o sus representantes mediante un pacto los que eligen a sus autoridades religiosas, niegan que la autoridad se deba concentrar en una sola persona y que se necesite de jerarquía religiosa para conocer la verdad revelada, sus fundamentos emanan del Corán, de la Sunna y del Fiqh, o jurisprudencia teológica de los Ulemas. Existen 4 escuelas jurídicas:

Malekí: Concede una confianza absoluta al consenso de los sabios o los ulemas, domina África del norte, alto Egipto y el África negra.

Shafíi: predomina en el bajo Egipto, arabia del sur, África oriental e indonesia, valora la sunna y el consenso, no solo de los sabios sino de toda la comunidad

Hanafí: Reserva un papel importante al criterio personal, extendida entre los no árabes como Turquía, Afganistán, Pakistán, India y China.

Hanbaí: Privilegia la unidad del islam y los valores morales sobre las soluciones jurídicas, rigorista, inspira al wahabismo, integrista.


Chiís: Mayoritarios en Iraq, Líbano (dentro del multiconfesional Estado libanés) y Bahréin, son a su vez minorías significativas en Yemen, Arabia Saudí, Kuwait, Qatar, EAU y Siria. Los chiís defienden que el Profeta designó un imán para interpretar el Corán, justificando así la existencia de autoridades y jerarquía religiosa vinculante, además este Imán debe ser elegido entre los descendientes de Fátima y Alí. No reconocen por tanto a los 3 primeros califas ni a los sucesores posteriores a Alí. Si reconocen sin embargo como legítimos a una serie de imanes que siguieron a Alí hasta que se interrumpe la línea, según una minoría en el séptimo sucesor, según la opinión mayoritaria en el duodécimo, lo cual da paso a la creencia de que esta línea se restablecerá a la llegada del sucesor oculto, salvador, junto con el final de los tiempos. A diferencia del sunísmo los chiís creen que el Imán es infalible, no solo un intérprete jurídico de los preceptos musulmanes, además siguiendo el principio de jerarquía los ulemas, pueden ascender de simples juristas mediante la vida ejemplar hasta alcanza la posición de Ayatolá como cima de la relación jerárquica de su confesión. Otras diferencias respecto de los suníes es la inclusión del propio Alí, junto con Mahoma y Dios en la unicidad divina y la reducción a 3 del número de plegarias diarias. Divisiones en el shiísmo:

Duodecimanos: mayoría. Iraq, Líbano, Bahréin y Kuwait.

Zaidíes: (parecidos a los suníes): norte de Yemen.

Septimanos o ismaelíes: Turquía, Siria, India, Paquistán y África oriental.

Drusos: escisión de los septimanos. Líbano, Antioquía (Turquía), sur de Siria e Israel.

Alauíes: Siria y algunos en Líbano.

  

TEMA 2. CONCEPTOS POLÍTICOS EN EL PENSAMIENTO ÁRABO- MUSULMÁN

2.1. Los problemas de transposición de conceptos políticos occidentales a la realidad arabo-musulmana.

Existen un cierto número de principios propios de la cultura occidental, interiorizados y asumidos por los ciudadanos que no existen o no se reflejan de la misma manera en el mundo árabe, podemos destacar los siguientes:

Estado, Nación, representación, soberanía popular, división de poderes, Estado de Derecho, democracia, ciudadanía son conceptos que surgen en Occidente, que se consideran consustanciales a la política, y que se han intentado importar a los países árabes y otros países.

Los estados árabes colonizados en la época moderna fueron organizados bajo presupuestos occidentales-liberales, suponiendo que esta es la organización que mayor desarrollo y progreso trae consigo, ignorando por tanto el funcionamiento propio de las instituciones locales y produciendo notables discordancias y creando conflictos

Si bien el panarabismo o los nacionalismos de corte árabe son o tienden a ser secularizadores no ignoran el poder del Islam y en numerosas ocasiones buscan legitimarse en él, siguiendo la estructura básica de organización político-legal, instaurando por tanto el Islam como religión oficial del Estado, la sharía como fuente de inspiración legal así como la shura y la bei´a (consejo del gobernante y pacto o contrato social)

2.2. La Umma y la organización política en el Islam.

La sociedad islámica, una vez se ha despojado del dominio occidental encumbra sus instituciones tradicionales como forma político-legal de conducirse, al contrario de lo que ocurre en el mundo occidental aquí encontraremos el concepto de lo privado investido con toda su fuerza en contra de nuestro concepto ambiguo de público-privado, además como ocurre en cierta manera con otras religiones, pero reforzado en este caso por la gran fuerza vinculante que tiene en el ámbito de lo político, la islámica es una organización transnacional que hace poco caso a las frontera. Ya que la Umma o Comunidad de Creyentes abarcará todos aquellos lugares donde esté establecido un  gobierno musulmán. Las entidades menores o subdivisiones políticas de la Umma, tal como estipula el Corán, solo se conciben como consecuencia de la complejidad geográfica o logística que abarca el mundo islámico, y en ocasiones excepcionales por las peculiaridades históricas de algunos países.

2.3. Poder, autoridad y legitimidad.

El poder en el Islam solo pertenece a Dios, pero se ejerce mediante su intermediario, que serán Mahoma y sus sucesores, Dios es Vicerregente en la tierra pero el hombre ejerce los asuntos de estado, tal como ejemplifica la constitución Iraní: (X). La autoridad y el Estado son una creación humana fruto del consenso de los musulmanes, instrumentos necesarios además para hacer posible la existencia y el desarrollo de la ley islámica.

Legitimidad del poder: A diferencia de occidente, donde la legitimidad emana de la libre disposición de los hombres para ordenarse democráticamente, aquí la legitimidad es divina y el gobierno es la transferencia al hombre del mandato divino, no existe por tanto el contrato social como tal (solo como mera plasmación de las ordenes divinas de organizarse) y las leyes no se las otorga el hombre a sí mismo, sino que las interpreta como designios de Dios.

Legitimidad de origen: la bei`a, concepto de procedencia suní ordenará la relación entre gobernantes y gobernados:
Gobernante: Es el depositario de la autoridad de dios y hace cumplir la ley y los preceptos del Islam a la vez que los respeta, el Califa, que será la máxima autoridad religiosa es elegido por la comunidad de entre sus hombres justos, ejemplares y sabios, o mediante sus representantes en algún órgano intermedio.

Gobernado: Reconoce la autoridad del gobernante y es sumiso a ella suponiéndola como consecuencia de su sabiduría, por la que acepta guiarse en su cumplimiento del Islam, se compromete por tanto a dejar en manos del gobernante los asuntos de los musulmanes y a obedecerle. Cuando el gobernante incumple y surge el conflicto, en un primer momento se instaura la prevalencia del deber del súbdito de obrar como buen musulmán, entendiéndose la desobediencia, posteriormente y bajo la justificación de que el gobernante solo responde ante Dios se vuelve a obligar a la obediencia.

2.4. La Sharía como fuente de derecho.

La Sharía es la ley sagrada, conjunto de prescripciones y recomendaciones divinos que regulan la acción humana, no es otorgada por los hombres a sí mismos, sino que es la expresión de la voluntad revelada, verdad preexistente al hombre, a la sociedad y al mismo Estado.

El Fiqh, o conocimiento profundo es la jurisprudencia existente para interpretar las situaciones que no están contempladas en la letra del Corán, la forman la Sunna o tradición del profeta, el lytihad o interpretación de los textos fundadores, Qiyas o analogía y la lyma, o consenso de la comunidad o de los juristas.

El gobernante por tanto, aunque poseedor del poder y del deber de defender y reforzar la ley estará limitado por ella misma, que al haber sido ya transmitida no se puede novar, sino únicamente clarificarse y aplicarse. Con la expansión del Islam se introduce la figura de los Ulemas, que amplían el corpus legal del Islam a través de su interpretación del Corán y la Sunna y no se cierra la puerta a la posibilidad de desarrollo, en contra de lo que postula el Wahabismo.

Los actos reglamentados en la Sharía son básicamente el derecho religioso y el equivalente a nuestro derecho civil, regulando diversos aspectos de la vida pública y privada y estableciendo las pautas a seguir en las relaciones con otras comunidades,

2.5. La shura  como institución de consulta.

 

La cuestión de la democracia aparece como una de las mas problemáticas en los estudio políticos debió a la influencia del pensamiento neoliberal occidental, que la sitúa como uno de los conceptos de culto mas incuestionables, surge la duda de su aplicabilidad al mundo árabe y si de es posible la exportación del modelo occidental a esta región. En el ámbito de la intelectualidad árabe la mayoría de los pensadores del siglo XX se han acercado a esta cuestión, admitiendo que fuera compatible se debe presentar como un conjunto de reglas e instituciones diseñadas para permitir la gobernabilidad mediante la mediación entre grupos competidores o con intereses en conflicto. El aparente fracaso global de los procesos democratizadores nos introduce en la discusión de si por un lado es incompatible con la religión islámica, cuya cultura política y su tendencia hacia el autoritarismo la hace inviable o si bien se dan unas circunstancias históricas particulares que han abortado los distintos procesos de implantación, ya sea por conflictos armados, ambigüedad de las elites, papel de los lideres y su identificación con el estado y ausencia de paz y seguridad.

            La Shura:

Literalmente significa consulta, es el espacio que el islam permite a la gestión del pluralismo, es una consecuencia de la jilafa, que en sentido parlamentario se conoce como maylis al sura, determinantes connotaciones religiosas es presentada como uno de los deberes de los creyentes, el derecho de la comunidad a ser consultada pero también de consultar ella misma al gobernante, y es resultado directo de la delegación del gobierno en la figura de un líder, su metodología no está especificada pero se describen 7 principios inherentes a su noción y aplicación contemporánea:

a)      Existencia de un campo político que ofrezca los medios necesarios para su puesta en marcha, tales como procesos electorales
b)      Creación de un foro elegido por la comunidad
c)      Sus miembros han de ser elegidos por sus competencias
d)      El líder puede ser elegido tanto por la shura como de forma directa
e)      El presidente debe respetar los principios islámicos y dar cuenta a la shura de sus actuaciones
f)       Separación de poderes, especialmente con respecto al poder judicial
g)      La población debe comprometerse mediante el bei´a de cumplirse todo lo anterior.

Dada la percepción de los principios occidentales como ajenos al Islam, esta es una de las posibles alternativas democratizadoras que se contemplan.


 TEMA 3. POLÍTICA Y RELIGIÓN EN EL MUNDO ÁRABE: EL ISLAMISMO POLÍTICO

                3.1. Interés y concepto de islamismo político.

“La lucha contra la alienación material, ideológica y cultural constituye el objetivo principal de la intelectualidad islamista”

Islamismo progresista:

a)      Fidelidad histórica al primer mensaje del Islam, mensaje humanista de libertad justicia y progreso, la corriente está abierta a ideas revolucionarias y progresistas de todo el mundo.
b)      Abolición de la dualidad entre lo real y lo espiritual, consagración a través de Dios, lucha contra el mal, la jerarquía, sociedad sin clases ni prejuicios
c)       El mensaje coránico es humanista y racionalista, no son dogmas sino una guía para la acción y la reflexión
d)      El Islam no es metafísica, es un conjunto de finalidades socio-culturales.
               

Tres van a ser los elementos que pongan de manifiesto la importancia de los movimientos islamistas para la comunidad internacional, la cual es a menudo incapaz de deshacerse de los estereotipos y prejuicios que lo acompañan, desmintiendo a su vez el llamado fin de las ideologías en las que el hombre supuestamente sería capaz de deshacerse del misticismo y vivir únicamente según elecciones racionales:

                Origen: revolución iraní de 1979
          Sin embargo, el movimiento islamista data de 1928: Hermanos Musulmanes en Egipto
Renovación del interés: caída del muro de Berlín
          Peligro “rojo” (comunista) es sustituido por el peligro “verde” (islamismo)
          Guerra civil en Argelia
Percepción del islamismo como amenaza
          Para el propio país y región: desestabilización
          Para la cultura occidental: pone en riesgo los valores de la modernidad
          Para el orden político mundial: desestabilización
        Apoyo de los Gobiernos occidentales a los regímenes políticos musulmanes que luchan contra el islamismo político

El fenómeno del retorno al islam no moviliza a las fuerzas sociales del pasado, sino, sorprendentemente, a las categorías sociales urbanas producidas por la integración de las economías tercermundistas en el mercado económico mundial, en muchas ocasiones será un obstáculo intelectual para nosotros el comprender como ha sido posible la vuelta a lo sagrado en un contexto social contemporáneo. En sentido estricto no se puede considerar a los islamistas ni fundamentalistas ni integristas, según su autodefinición serán aquellos militantes del Islam que pretenden solucionar los problemas sociales y políticos modernos mediante el recurso de la religión, lo podemos entender como movimiento social con determinadas raíces económicas, políticas y culturales que usa el Islam como recurso movilizador, para expresar sus demandas políticas siempre en el marco de las sociedades actuales, como contestación de las desigualdades sociales y como materialización de sus expectativas.

Lo podemos descubrir como una de las cuatro grandes corrientes en las que el Islam se expresa:

                Islam tradicionalista o religiosidad popular

                               Marabutismo
                               Sufismo

                Islam pietista o resocializador, evangelizador y socializador

                Islam culturista o nefundamentalista
               
                               Conservador: Wahabismo
                               Reformador: Salafismo

                Islam político o islamismo

                               Moderado, como los hermanos musulmanes  
                               Radical, como el inspirado en la revolución iraní

El islamismo, de carácter siempre militante tendrá siempre un carácter moralizante y propone el retorno a las escrituras como único fundamento de toda crítica y de toda renovación, predican el retorno al Corán, a la sunna y a la Sharía y rechazan los exponentes de la tradición, se distancia del fundamentalismo por su carácter político militante, por su reapropiación d la modernidad tecnológica y por el papel activo de la mujer, el fundamentalismo por su parte deshecha la acción política entrando exclusivamente en la esfera moral. Será una forma de vehicular la contestación social. Como nexo común, más allá de su alcance o de la diversidad de situaciones en las que se pueda encontrar es el vínculo a una misma matriz explicativa histórica.

3.2. Origen del islamismo político.

Para explicar el origen de estos movimientos hay que atender a un plano material, dado en las condiciones socioeconómicas en las que han vivido en las últimas décadas los países del Magreb y la emergencia, en un plano ideológico de n los Hermanos Musulmanes a principios del siglo XX. Surge como una reacción política a la dominación cultural de occidente en un periodo que ve la caída del imperio otomano, último reducto de la idea de califato y su sustitución por una república laica (Turquía) así como la preocupante situación de Palestina bajo el mandato británico y en general el desarrollo de tendencias europeístas secularizadoras que obvian la identidad islámica, tras el repliegue occidental buscaran un reequilibrio cultural consecutivo a este

No se oponen al nuevo orden social, sino que denuncian la injusticia, la corrupción, las desigualdades sociales, la pobreza. Buscan hacer del Islam tal como ellos lo comprenden, el determinante único de su identidad. Desvalorizan lo no musulmán como origen del mal, consideran los primeros tiempos como perfectos, pero lejos de la verdad esotérica de otros movimientos su búsqueda de la justicia la harán de forma activa. Su acción acompaña a menudo un proyecto social, realizar lo que ellos creen que es un Estado musulmán fuerte y moderno sustentado en tres pilares: 3 pilares políticos:

Unidad de la comunidad: Umma, unidad basada en la identidad islámica, más que nacional
Responsabilidad del gobernante
Respeto a la voluntad de la comunidad: gobernante debe respetar a la comunidad y consultarla

Por último y para alejar definitivamente todos los prejuicios que se asocian inmediatamente al término islamista, hay que considerarlo como un fenómeno no violento de acción social y solidaria:

Educación y reforma progresiva de la sociedad: se privilegia la acción socioeducativa y la beneficencia
Objetivo más moral que político
Hay que comenzar con el individuo, la familia y la sociedad para después modificar el aparato del Estado
Trabajo social: creación de mezquitas, escuelas, dispensarios, clubs deportivos y culturales, cooperativas de producción
Suplir al Estado allí donde ha dejado de actuar

Así como la importancia de entender su composición, que es en definitiva su origen, y es que surge allí donde el Estado de bienestar ha fallado, por tanto no solo lo encontraremos en el campesinado, sino supliendo el vacio que se ha instaurado en las clases obreras pero también en las elites intelectuales para los cuales el Estado-Nación es percibido como alógeno e ilegitimo. S

3.3. Causas del islamismo político.

Causas culturales o enfoque ideológico:

Algunos autores sostienen que el retorno al Islam tiene incluso una base más cultural que religiosa, se ve al Islam como referente de la identidad de los países arabo musulmanes, en lo que será una reacción a la pérdida de identidad cultural, nacional y religiosa, se rechaza la modernidad tal y como se impone desde Occidente, que en los países árabes se verá como culpable de:

Ruptura de los tradicionales lazos de solidaridad familiar
Vacío espiritual
Mutaciones sociales: éxodo rural, pauperización, cambios en los estilos de vida

Además surge tras el fracaso de otros tipos de sistemas tales como los socialistas o los nacionalistas de cuyo funcionamiento han concluido que las élites han sido incapaces de implantar un conjunto de valores árabes que afrontasen con garantía la modernidad y los guiasen en los nuevos retos que surgen de ella, además la doctrina social del islamismo suplirá al estado allí donde este no ha llegado, y la legitimidad religiosa suplirá sin duda una más que dudosa legitimidad nacionalista, además la corrupción, burocratización, etc. hastía en muchos casos a una gran parte de la población que todavía no había discutido el sistema y que respalda el islamismo por el concepto de responsabilidad del gobernante ante el gobernador, pilar que encontramos en las raíces del islam pero que se difumina en la aplicación del estado-nación.
Islamismo como vector de expresión de las frustraciones identitarias, económicas, sociales y democráticas de las clases medias afectadas tanto por el autoritarismo del poder como por el fracaso de las políticas económicas.

                Causas económicas o enfoque materialista:

Más simplista que el anterior aunque no deja de tener ciertos caracteres importantes de analizar:

Principalmente han académicos norteamericanos quienes han explicado el islamismo a través de variables económicas, sin embargo, las teorías que se apoyan en factores económicos resultan demasiado simplistas

        Problemas económicos en estas sociedades:
          Desempleo: (acceso de la mujer al trabajo)
          Inflación
          Gran parte de la sociedad fuera del reparto de la riqueza.
        Problemas socio-económicos agravados por los problemas demográficos:
          Crecimiento de la población
          Población joven
          Éxodo rural: cinturones de pobreza alrededor de las ciudades: problemas de vivienda, infraestructuras (agua, electrificación, sanitarias, educativas, transportes)
        Escasas prestaciones sociales
        Marginación social, desigualdad social.
         
Aun así el problema económico no deja de ser enfocable una vez más como un problema político: fracaso de los modelos capitalista y socialista de dar solución a los problemas sociales

Enfoque multicausal:

Como en tantas otras cosas la solución llega en la conjunción de los dos paradigmas enfrentados, serán variables tanto culturales y políticas como sociales y económicas las que adoptarán la mayoría de los académicos en sus estudios, el hecho fundamental es la crisis de la hegemonía del modelo occidental transferido a las sociedades arabo-musulmanas, el rechazo masivo de la población dejada fuera de las esfera de producción, la ausencia de instituciones de integración y de expresión democrática así como el sentimiento de pérdida de identidad cultural, nacional o religiosa que acaban por hacer surgir la desilusión y el desencanto, Cuanto más excluyentes son los regímenes políticos (a la vez sobre el plano político y sobre el plano económico y social), más las tensiones se exacerban en un contexto de marginación social y de ausencia de una vida democrática real, lo que ofrece a los movimientos de contestación religiosa un terreno favorable a su expansión (Lamchichi, 1989: 44).

Yven Ben Achour distinguirá 4 factores que han contribuido decisivamente a la aparición y desarrollo de movimientos islamistas:

-          Las profundas mutaciones sociales, desequilibrios de clases, éxodo rural y la miseria de los servicios públicos así como la crisis en general de los regímenes políticos y el ahogamiento del estado
-          La heterogeneidad, la contradicción y el desequilibrio de los valores morales y las costumbres
-          A esto se añade la burocratización y corrupción del estado en su declive moral
-          La evolución de las relaciones internacionales y la influencia de los movimientos en Irán y Libia.

3.4. Bases sociales del islamismo político.

Heterogeneidad: el islamismo no se reduce a una determinada clase social ni se nutre principalmente de los ámbitos tradicionales islámicos: ulemas, instituciones islámicas clásicas, sino que tiene un carácter más plural, aun así es un fenómeno predominantemente urbano, en las zonas de campo existe un mayor seguimiento del islam tradicional o popular.

Base social:

          Intelligentsia: sectores intelectuales de formación universitaria que encabezan la dirección ideológica de los partidos y asociaciones
          Militantes:
        Base tradicional del islamismo: pequeña y mediana burguesía (excluidos del poder político y de los privilegios socioeconómicos).
          Funcionarios
          Profesionales liberales
          Profesores
          Comerciantes: fuente de financiación muy importante de los movimientos islamistas
        Jóvenes universitarios: Progresivo rejuvenecimiento de la base social islamista.
        Mujeres.
        Sectores sociales marginados.
          Movilizados: fenómeno predominantemente urbano, ciudadanos excluidos, víctimas del desarrollo desigual, extrarradios urbanos.

Es particularmente interesante como este movimiento ha conseguido integrar en sus filas a jóvenes y a mujeres, la explicación se encuentra en parte si contemplamos el hecho de que en el actual contexto ninguno de los dos grupos encuentra espacio para realizar sus aspiraciones:
                               
Jóvenes: Pertenecientes a la clase media modernizada, universitarios en muchos casos y de educación tanto árabe como extranjera, se da el caso peculiar de que el caldo de cultivo en las facultades de ciencias es asombroso, y no solo en teología como podría caber esperar, esto se debe a que el manejo de universos abstractos en un entorno desarraigado en lo espiritual deja a la deriva a muchos de estos jóvenes, que han reemplazado a la izquierda en el liderazgo de las universidades

Mujeres: su presencia es considerable en movimientos islamistas, tanto a nivel de militancia como incluso la dirección (Marruecos) es un elemento común en los movimientos islamistas donde su  militancia es superior a la existente en partidos políticos. Muchas de ellas son estudiantes o tituladas universitarias con expectativas de ascenso social, que encuentran en este movimiento un foro de expresión y de actividad que no encuentran en su lugar tradicional, por lo que su posición aquí no deja de ser paradójica.

3.5. Estrategias del poder frente al islamismo político: la inclusión y exclusión de los movimientos islamistas en el sistema político.

Juego de símbolos entre islamistas y jerarcas, quien adquiera el monopolio de la religión tendrá un arma poderosa, los islamistas cuentan con la legitimidad, el estado, obligado a un ejercicio de la praxis política que a veces choca contra los principios religiosos puede en cambio cortar el acceso a las cuotas de poder a la que se asoman los grupos políticos en los sistemas competitivos. Encontramos diversos términos:

                Inclusión total, limitada o exclusión, inclusión en el sistema pero dentro o fuera del gobierno. Por otro lado la disputa entra la islamización:

Desde abajo: fenómeno sociocultural, presión para islamizar la vida cotidiana, predicación y práctica individual, control del campo social (desde el púlpito)
Desde arriba: como medida de las jerarquías políticas de controlar la anterior, refuerzan su legitimidad religiosa y controlan el islamismo integrándolo en el juego político.

3.6. Movimientos y partidos islamistas más relevantes en los distintos países árabes.

Tabla en la lectura

  
TEMA 4. TIPOLOGÍA DE LOS REGÍMENES POLÍTICOS ÁRABES

4.1. Los problemas de tipificación de los regímenes políticos árabes.

Importancia de tipificar los distintos sistemas políticos árabes: la tipificación constituye una forma de estructurar el conocimiento y de comprender la política, ayuda a formar los conceptos que hay que medir, pueden constituir objetivos de la investigación y son la base del método de control comparado (Laiz y Román, 2003: 82). En el caso concreto de la clasificación de los regímenes políticos, la relevancia de establecer categorizaciones reside en el hecho de que suponen el punto de partida de cualquier investigación, permitiéndonos analizar de forma comparada distintos aspectos. Cuatro son los grandes temas que han ocupado la atención de los comparativitas en relación con los regímenes políticos:

(a) qué elementos diferencian unos sistemas políticos de otros;
(b) cuál constituye la mejor forma de gobierno;
(c) qué variables influyen en el desarrollo y en la estabilidad de los regímenes políticos;
(d) cómo y por qué se producen los procesos de cambio político.

A partir de aquí la complicación reside en encontrar una clasificación que refleje la realidad de los sistemas políticos árabes, ya que muchas de las sistematizaciones actuales no responden bien al desafío de amparar las complejidades y ambigüedades de estos sistemas, si bien esta postura es contradicha por quienes piensan que a pesar de todo hay que intentar encuadrarlos según los métodos tradicionales sin hacer referencia a su excepcionalidad, además tampoco ayuda que la mayoría de los estudios académicos hayan sido realizados según una perspectiva democrática occidental, por lo que son pocas las referencias que tendremos, a lo que debemos sumar la escasez también de estudios de zona que nos presente un marco de comparación entre los países de la zona árabe, a lo que podemos añadir que los propios implicados tampoco han frecuentado la metodología que a nosotros nos es familiar y no se puede extraer demasiado por ese lado. Por lo tanto para la tipificación recurriremos al esquema clásico y en su momento determinaremos la especificidades del mundo árabe que habrán de tenerse en cuenta para hacer el estudio lo más preciso posible.

La tipología clásica abre por tanto una clasificación entre regímenes democráticos y no democráticos, subdividiendo estos últimos entre autoritarismos y totalitarismos, lo que nos resulta claramente insuficiente, ya que la mayoría de los sistemas del mundo no son totalmente ni una cosa ni otra, carencia que será más evidente en el mundo árabe, en muchos de los casos de sistemas a medio camino entre ambos extremos se usan diversos términos, tales como transitivos hacia la democracia o se hace hincapié en alguno de los elementos democráticos que pueda tener, tales como las elecciones multipartidistas, sin poner el acento sin embargo en aspectos fundamentales como la competitividad real de los grupos políticos, la participación ciudadana, los derechos humanos o el marco jurídico. Se puede considerar por tanto, que el mundo árabe no está inmerso actualmente en una nueva ola democratizadora, sino en un simple proceso de liberalización, los procesos de cambio político se han producido desde la élites de los regímenes y en todo caso bajo su control. A los sistemas árabes que han dejado entrever estos procesos de liberalización se les podrá considerar como sistemas híbridos, que comparten prácticas democráticas (multipartidismo, elecciones periódicas, instituciones representativas y sistemas jurídicos de derechos y libertades) con meras prácticas de autoritarismo por parte del poder, ante los sistemas políticos híbridos se oponen otros países que han quedado anclados en el autoritarismo más absoluto.

Podemos concluir por tanto que existen diferencias considerables en los sistemas políticos de los países árabes, que irían de un menor o mayor grado de autoritarismo en cuanto al grado de representación política, competencia política, ejercicio pleno de derechos y libertades públicas y Estado de Derecho, y que por tanto será necesario establecer una tipología más afinada de los regímenes políticos con el objeto de precisar las diferencias de grado entre las distintas categorías posibles.

4.2. Una propuesta de tipificación de los regímenes políticos árabes.

Los presupuestos de la tipificación que se propone para los regímenes políticos árabes será partir de la democracia plena como ideal de gobierno y enmarcar a los distintos sistemas entre este ideal y su polo opuesto, el autoritarismo cerrado, las dimensiones que analizaremos serán las siguientes:

        Pluralismo político competitivo: ejercicio pleno e igualitario de derechos políticos.
        Procesos electorales:
§  Características: periódicas, competitivas y limpias.
§  Igualdad de oportunidades tanto respecto al ejercicio del derecho al voto como a poder presentarse como candidatos a dichas elecciones.
§  Funciones: representación y producción de gobierno.
        Instituciones del Estado:
§  Autónomas y representativas.
§  Sujetas a responsabilidad política (accountability).
        Ausencia de actores determinantes en el Estado que no estén sujetos a responsabilidad política
        Derecho de asociación y organización.
        Ejercicio pleno e igualitario de las libertades públicas: especialmente libertad de expresión y aacceso a fuentes alternativas de información y pluralidad de medios de comunicación.
        Imperio de la ley (rule of law).
        (Control del Estado del territorio, relativo para la clasificación).
        Respeto e integración de las minorías.
        Funcionamiento de gobierno:
§  Ausencia destacada de fenómenos de corrupción y clientelismo.
§  Capacidad de dar respuesta a las demandas básicas de los ciudadanos (responsiviness).
        Aceptación mayoritaria de las reglas del juego: legitimidad del sistema político.

Las 5 categorías posibles en esta tipificación serán:

§  Democracia plena
§  Democracia defectiva
§  Autoritarismo competitivo cuasi libre
§  Autoritarismo hegemónico restrictivo
§  Autoritarismo cerrado

Democracia plena: Régimen de gobierno en el que el acceso al poder se establece a través de elecciones periódicas y competitivas, con igualdad de oportunidades tanto respecto al ejercicio del derecho al voto como a poder presentarse como candidatos a dichas elecciones. Los gobernantes están sujetos a responsabilidad política en el ejercicio de sus funciones y son capaces de dar respuesta a las demandas básicas de los ciudadanos. La única restricción que se establece al pluralismo y a la participación en la esfera social y política es aquella que suponga un atentado a los principios legales y constitucionales. Este régimen se fundamenta en la aceptación mayoritaria de las reglas de juego político y en el respeto de las minorías.

Democracia defectiva. Regímenes políticos que pueden no haber culminado su proceso de consolidación democrática o que, efectuando procesos electorales competitivos que cumplen las funciones de representación y producción de gobierno, pueden verse limitados en su desarrollo democrático por distintos factores: un funcionamiento inadecuado en los frenos y contrapesos de las instituciones representativas, fenómenos de corrupción y clientelismo, la amenaza de algún actor ajeno a las instituciones representativas, la presencia externa de una potencia que supervise el desarrollo democrático del país, la falta de igualdad plena en el ejercicio de los derechos y libertades o de integración de los grupos sociales, étnicos o religiosos, etc.

Autoritarismo competitivo cuasi libre. Regímenes en los que se han establecido instituciones representativas, en base a procesos electorales en los que participan un amplio espectro de fuerzas políticas que tienen capacidad de disputarse el poder y verse representadas en las mismas. No obstante, alguna fuerza política puede verse relegada de la competición electoral y política. De este modo, existe un amplio pluralismo social y político, acceso a fuentes alternativas de información y pluralidad de medios de comunicación aunque, igualmente, puede verse restringido. Por otro lado, impera el Estado de Derecho, pero en ocasiones se puede producir un recorte en los derechos y libertades públicas cuando se pueda poner en riesgo las bases del poder político.

Autoritarismo hegemónico restrictivo. En este tipo de regímenes políticos el sistema político puede verse dominado por poderes militares, extranjeros, jerarquías religiosas, oligarquías económicas o cualquier otro grupo poderoso. Por otro lado, pese a que sea pueden haber experimentado procesos de liberalización política, como el reconocimiento del pluralismo político, sólo los partidos o candidatos que participan en el poder tienen posibilidad real de acceder a los cargos de poder e instituciones públicas. Por lo tanto, las elecciones si bien pueden ser pluralistas, no son competitivas. Asimismo, los derechos y libertades públicas son muy restrictivas y están sujetas continuamente a las amenazas de los poderes públicos. Determinados grupos étnicos, religiosos y regionales pueden verse relegados de los derechos civiles e, incluso, pueden existir conflictos importantes en algunos de estos ámbitos.

Autoritarismo cerrado. No existe Estado de Derecho, ni reconocimiento de las principales derechos políticos y libertades públicas. En los procesos electorales, si los hubiese, sólo participan los candidatos afines al régimen político.

Para encuadrar a los distintos países en alguna de estas categorías uno de los instrumentos más útiles será el índice libertad de Freedom House, que evalúa una serie de variables encuadrados bien en Derechos Políticos (Proceso electoral, pluralismo político y funcionamiento del gobierno) bien en Libertades Públicas (Libertad de expresión y religiosa, derechos de asociación, Estado de derecho y autonomía personal y derechos individuales) Las diferencias en el caso de los países árabes está en el grado de competencia política y libertades públicas principalmente.


TEMA 5. PROCESOS DE CAMBIO POLÍTICO EN LOS PAÍSES ÁRABES

5.1. Liberalización, democratización y transición.

Se suele hacer una constante referencia a que algunos países árabes se encuentran inmersos en un proceso de transición hacia la democracia. ¿Podemos hablar realmente de procesos de transición democrática en estos países? La dificultad de analizar esta cuestión radica a que no es una Región estudiada por la transitología por lo que las peculiaridades del mundo árabe dará como resultado la dificultad de encuadrar estos casos en los modelos establecidos de transiciones democráticas, además la heterogeneidad de los caos dificulta aun más el análisis, así como la discontinuidad evolutiva de cada país y las inexistencia de experiencias previas de transición democrática en los países árabes.

Distinguiremos entre transición, democratización y liberalización:

Transición: Período que se establece de un régimen político a otro. Entenderemos en este caso que el trayecto se realiza desde el autoritarismo a la democracia u otra alternativa revolucionaria. Consiste en un “período ambiguo o intermedio en el que el régimen ha abandonado algunas características determinantes del ordenamiento institucional anterior sin haber adquirido todas las características del nuevo régimen que se va a instaurar” (Morlino, 2009: 94). Las transiciones pueden originarse por un suceso rupturista (discontinuidad), aunque es más frecuente encontrar procesos que se desarrollan desde la moderación, a través de la reforma (continuidad) de las estructuras autoritarias. Características de las transiciones:

                      Las reglas de juego no están totalmente fijas.
                      Son a menudo objeto de disputa.
                      Suelen estar en manos de los dirigentes autoritarios.

Origen: Una de las señales que indica el inicio de un proceso de transición es la modificación de las reglas en pos de otorgar mayores garantías a los derechos de los ciudadanos y de los grupos.
Conclusión: existe transición cuando resulta evidente la dirección democrática adoptada, cuando surge claramente la posibilidad concreta de instaurar una democracia (p.e. elecciones fundacionales).

Liberalización: Estadio previo a la democratización, Proceso de redefinición y de ampliación de derechos pero nunca amplios ni completos, estos derechos pueden existir anteriormente, pero con la liberalización los derechos se garantizan parcialmente frente a las arbitrariedades del Estado o de terceros.

Derechos garantizados:

          En la esfera individual: habeas corpus, inviolabilidad de la correspondencia y del domicilio, proceso judicial justo, libertad de expresión, circulación y de petición frente a las autoridades.
          En la esfera colectiva: libertad de expresión, ausencia de censura en los medios de comunicación, libertad de asociación.

En un proceso de liberalización, estos derechos, libertades y garantías no son respetados en su totalidad, pero su anulación comporta importantes problemas para el régimen autoritario, permiten la organización controlada de la sociedad civil, y en la medida que estas garantías se institucionalicen nos encontraremos más o menos cerca de la democratización. En ocasiones los gobernantes autoritarios pueden acudir a la liberalización como una forma de aliviar la presión social y política sobre el poder mientras todavía evitan la rendición de cuentas a través de elecciones libres y competitivas. Puede haber liberalización sin democratización.

Democratización: Último estadio de la transición hacia la democracia, el principio rector de la democracia es el concepto de ciudadanía, que es:

   Derecho a ser tratado por otros individuos como igual respecto a la formulación de opciones colectivas.
   Obligación de quienes instrumentan dichas opciones de ser accesibles y responder por igual frente a todos los miembros del sistema político.
   Gobernados: obligación de respetar la legitimidad de las opciones resultantes de la deliberación entre iguales
   Gobernantes: derecho de actuar con autoridad a fin de promover la eficacia de esas opciones y proteger al sistema político de toda amenaza a su perduración o supervivencia.

La forma que la democracia adopte en cada país es contingente, pero hay unos mínimos aceptados para hablar de democracia:

   Voto secreto y universal.
   Elecciones periódicas.
   Competición libre de partidos.
   Reconocimiento de las asociaciones y libre acceso a ellas.
   Ejercicio a la libre expresión.
   Responsabilidad política de los gobernantes, etc.
    
Otras instituciones menos esenciales:

   Responsabilidad administrativa
   Revisión de los procedimientos judiciales
   Financiación pública de los partidos
   Acceso sin restricciones a la información
   Limitación de los mandatos gubernamentales
   Normas electorales que favorecen el voto, etc.

Se puede por tanto pensar en un proceso lógico de tres fases: liberalización, transición y democratización, sin embargo, como hemos dicho, ni la liberalización ni la transición implican necesariamente democratización. Los límites y duración de cada fase así como el orden en el que se desarrolle este proceso pueden modificarse en función de circunstancias particulares.
Existe un alto grado de incertidumbre y de indeterminación en los procesos de cambio político.
Para hablar de transición democrática debe haber una firme voluntad en la clase política de abrir un proceso de transición y de llegar al punto de la democratización, incluso cuando puedan existir diferencias en la articulación de este proceso de transición. Las vías para alcanzar la democracia son básicamente:

Reforma:

          Puede verse impulsada por el propio régimen autoritario, como consecuencia de un pacto entre las elites gobernantes aperturistas y los sectores más moderados de la oposición.
          Impulso de la reforma:
        Desde dentro del régimen: muerte del dictador, voluntad de los políticos del régimen de evitar males mayores en el caso de que el nivel de descontento popular fuese muy elevado.
        Desde fuera del régimen: acción colectiva de los movimientos sociales o de los partidos de la oposición democrática.
        Desde fuera del país: circunstancias y actores ajenos al país, efecto contagio o bola de nieve (Europa del Este).

Ruptura:

          Crisis interna: derrota bélica, crisis económica
          Golpe de Estado
          Revolución popular
          Intervención directa o indirecta del exterior
          Fin de la dominación colonial

Hoy en día en los países árabes no existe un camino que lleve a la democracia, los dirigentes, reticentes a perder su autoridad juegan con la apertura según la conveniencia política de la misma en un momento determinado, cediendo a veces incluso absorbiendo a ciertos reformistas en sus gobiernos pero dando marcha atrás igualmente si la situación lo requiere. Por otra parte los extremistas son conscientes de que sus oportunidades en la participación radican en la inclusión de sus grupos en el juego político por lo que no es infrecuente que cedan en sus pretensiones más democráticas a cambio de su inclusión en el panorama político del país. Podemos decir que cierta apertura es incluso buena para los dirigentes, ya que mejorará las condiciones económicas de sus dominios así como incluirá en sus filas a la posible oposición, que teniendo cierto espacio no se aproximará tanto a los radicalismos.

Impulso de las elites dirigentes autoritarias.

        Las elites dominantes han controlado la cronología, los ritmos y la amplitud de las reformas.
        Unilateralidad: los cambios no son negociados ni se derivan de demandas populares.
        En algunos casos, las reformas políticas han venido precedidas o acompañadas por un acuerdo tácito entre la elite dirigente y la oposición. Ejs:
          Marruecos entre la Monarquía y los principales partidos de la oposición democrática a partir de 1996, lo que permitió la participación de éstos a partir de marzo de 1998 en el denominado gobierno de la alternancia.
          Jordania, durante el proceso de liberalización política de 1989.
          Líbano, con los acuerdos de Taif de 1989, que dieron lugar a la actual configuración confesional del sistema político.


Naturaleza de los cambios políticos.

        Mejora de la situación de los derechos humanos y la libertad de expresión.
        Adopción del multipartidismo (donde no existiese).
        Desarrollo de la sociedad civil: expansión de las organizaciones y asociaciones sociales.
        Reformas constitucionales: ampliación de los poderes de las instituciones representativos.
        Pactos (formales o implícitos) entre los dirigentes autoritarios y las fuerzas políticas.
        Celebración elecciones pluralistas.

Conclusión: el control del cambio político por la clase dirigente, su escasa voluntad democratizadora así como la debilidad de la oposición democrática y de la sociedad civil, por la propia naturaleza autoritaria del régimen, hace que la esperanza de la democratización se diluya a corto y medio plazo.


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