TEMA 1. EL CONCEPTO GEOPOLÍTICO DEL MUNDO ÁRABE
1.1. Mundo Árabe y Mundo
Islámico.
El interés por el Islam y por el Mundo Árabe surge en
tiempos modernos como consecuencia del protagonismo que ambos han alcanzado
como actores de procesos y de conflictos actuales de primer orden, por tanto
surge la necesidad de conocer las circunstancias que rodean a lo islámico y a
lo árabe como forma de interactuar con ello en un mundo donde no se puede
ignorar la importancia que han adquirido. Se deberá reflexionar por tanto de
los elementos esenciales que explican que es el Islam y que es el mundo árabe,
y si suman o se contraponen y cuando. Para esto es necesario descartar la
simplista visión occidental y abrir la mente al dualismo existente entre ambos
conceptos, a veces aunados bajo la dirección de los propios gobiernos árabes-
Mundo Islámico: Asociado a la religión musulmana, comprende
una población de 1300 millones de personas y es la 2ª religión del planeta en
cuanto a número de practicantes, geográficamente se extiende desde la áfrica
atlántica hasta el Asia oriental incluyendo:
Bloque árabes
Bloque
turco
Bloque
iraní
Bloque
indio
Asia
Sureste
África
negra
La diversidad de lenguas, etnias, cultura, etc. provoca que
no podamos entender que el mundo islámico es un mundo homogéneo. El Islam es
además de una religión una forma de entender la política, la ley, la cultura e
incluso la filosofía.
Mundo Árabe: Preexiste al Islam, se asocia a un concepto
geográfico a la vez que étnico y lingüístico, que además usa al Islam como
elemento de cohesión entre ellos. Existe una doble extensión de lo árabe y el
Islam:
Pueblos
que adoptan tanto uno como otro, en este caso la mayoría
Adoptan
lo árabe pero no el islam, tal como ocurre con los maronitas en el Líbano
Adoptan
el Islam pero no lo árabe, tal como ocurre con kurdos y bereberes
El Islam, comprende lo árabe salvo pequeñas excepciones,
pero lo árabe no se extiende sobre todas las zonas consideradas islámicas.
Los Componentes del mundo árabe: No se puede definir más que
a través de un conjunto de elementos:
Lengua: vehículo de comunicación,
pero también se reviste de un carácter sagrado, es compartida por ejemplo por
la Umma, existen también diversas variantes y dialectos.
Territorio: es aquel en el que vive
una comunidad autodenominada como árabe, se distinguen varias regiones, como el
Magreb, el Machreq y el valle del Nilo, coexisten con asentamientos no árabes
con la posibilidad de que surjan conflictos entre ellos.
Nación: Sentimiento de pertenencia
a la comunidad árabe, surge el Panarabismo, ideología que nace como oposición a
la dominación otomana y que pretende la unión de todo lo árabe en una solo
entidad política. El panarabismo sin embargo ha fracasado en la práctica, donde
se ha acabado por imponer la identidad nacional y la pertenencia a un
determinado Estado.
Religión: Chiís y Sunís
1.2. La división territorial del
Mundo Árabe.
Como ya se ha dicho, no todo el Islam es árabe, el mundo
árabe comprende en su geografía a 270 millones de personas (el 20% de los
musulmanes son árabes) y su alineación suele coincidir con la pertenencia a la
Liga árabe, compuesta por 22 países, aunque no en todos impera una mayoría
árabe. Geográficamente, las zonas que integran el mundo árabe son:
Valle del Nilo: Egipto y Sudán.
Machreq (Levante): países del
Levante (Líbano, Jordania, Palestina); creciente Fértil (Siria e Iraq) y
Península arábiga (Arabia Saudí, Kuwait, Bahréin, Emiratos Árabes, Omán,
Yemen).
Magreb (Poniente): Marruecos,
Argelia, Túnez, Libia y Mauritania
Cuerno de África: Somalia, Yibuti, Comoras.
Políticamente, los países de la liga árabe son:
22 países: Arabia Saudí, Argelia, Bahréin, Comoras, Egipto,
EAU, Iraq, Jordania, Kuwait, Líbano, Libia, Marruecos, Mauritania, Palestina,
Omán, Qatar, Siria, Somalia, Sudán, Túnez, Yemen, Yibuti.
No todos son árabes en su mayoría (Somalia, Yibuti y
Comoras) y no todos son “Estado” (Palestina).
1.3. Poblaciones étnicas y
religiosas.
a) Poblaciones
étnicas:
El
mundo árabe no es étnicamente homogéneo, son árabes en la Mayoría con excepciones en EAU y Qatar, debido a la
inmigración y en Somalia, Yibuti y Comares.
Los bereberes por su parte suman 15 millones, mayoritariamente
desperdigados por el Magreb, cuya población rigurosamente se puede decir
descendientes de bereberes arabizados, su composición por países es la
siguiente:
Marruecos:
30%
Argelia:
17%
Túnez:
5%
Mauritania:
15%
Libia:
6%
Sáhara
Occidental
El Kurdistán es una región
natural que comprende territorios de distintos países, la etnia kurda es mayoría en esta delimitación y minoría más o menos
importante en países como Turquía, Irán, Siria e Iraq
También
encontramos etnias africanas en
Mauritania, Sudán, Yibuti y Somalia
Debido a la emigración, que
son una importante fuerza laboral en ciertos países árabes, tanto en los campos
de petróleo como en el área doméstica, encontraremos diversas etnias asiáticas,
así como turcos, iraníes, indios, filipinos y procedentes de Sri Lanka.
Por último, los europeos
coloniales desaparecen en su inmensa mayoría según van produciéndose las
declaraciones de independencia y los que ahora residen en el mundo árabe suelen
ser por razones laborales, normalmente de alto nivel.
b)
Poblaciones religiosas:
Musulmanes: Una cuestión política sobre
la sucesión del Profeta distinguirá dos grupos principales de musulmanes, los
Suníes y los Chiís. En origen, la negativa de estos últimos de reconocer a
Muawiya (661-680) por no ser descendiente directo de Alí, yerno del profeta,
será la causa de la disputa y de la sucesiva división.
Suníes: Conforman entre el 85% y
el 90% de los musulmanes en el mundo, son mayoría en el Magreb y él en el
Machreq, en este último caso con las excepciones de Iraq, Bahréin, Líbano y
Omán. Los suníes defienden que es la propia comunidad o sus representantes
mediante un pacto los que eligen a sus autoridades religiosas, niegan que la
autoridad se deba concentrar en una sola persona y que se necesite de jerarquía
religiosa para conocer la verdad revelada, sus fundamentos emanan del Corán, de
la Sunna y del Fiqh, o jurisprudencia teológica de los Ulemas. Existen 4
escuelas jurídicas:
Malekí: Concede una confianza
absoluta al consenso de los sabios o los ulemas, domina África del norte, alto
Egipto y el África negra.
Shafíi: predomina en el bajo
Egipto, arabia del sur, África oriental e indonesia, valora la sunna y el
consenso, no solo de los sabios sino de toda la comunidad
Hanafí: Reserva un papel importante
al criterio personal, extendida entre los no árabes como Turquía, Afganistán,
Pakistán, India y China.
Hanbaí: Privilegia la unidad del
islam y los valores morales sobre las soluciones jurídicas, rigorista, inspira
al wahabismo, integrista.
Chiís: Mayoritarios en Iraq,
Líbano (dentro del multiconfesional Estado libanés) y Bahréin, son a su vez
minorías significativas en Yemen, Arabia Saudí, Kuwait, Qatar, EAU y Siria. Los
chiís defienden que el Profeta designó un imán para interpretar el Corán,
justificando así la existencia de autoridades y jerarquía religiosa vinculante,
además este Imán debe ser elegido entre los descendientes de Fátima y Alí. No
reconocen por tanto a los 3 primeros califas ni a los sucesores posteriores a
Alí. Si reconocen sin embargo como legítimos a una serie de imanes que
siguieron a Alí hasta que se interrumpe la línea, según una minoría en el
séptimo sucesor, según la opinión mayoritaria en el duodécimo, lo cual da paso
a la creencia de que esta línea se restablecerá a la llegada del sucesor
oculto, salvador, junto con el final de los tiempos. A diferencia del sunísmo
los chiís creen que el Imán es infalible, no solo un intérprete jurídico de los
preceptos musulmanes, además siguiendo el principio de jerarquía los ulemas,
pueden ascender de simples juristas mediante la vida ejemplar hasta alcanza la
posición de Ayatolá como cima de la relación jerárquica de su confesión. Otras
diferencias respecto de los suníes es la inclusión del propio Alí, junto con
Mahoma y Dios en la unicidad divina y la reducción a 3 del número de plegarias
diarias. Divisiones en el shiísmo:
Duodecimanos: mayoría. Iraq, Líbano, Bahréin
y Kuwait.
Zaidíes: (parecidos a los suníes):
norte de Yemen.
Septimanos o ismaelíes: Turquía, Siria, India, Paquistán y África oriental.
Drusos: escisión de los septimanos. Líbano, Antioquía (Turquía), sur de
Siria e Israel.
Alauíes: Siria y algunos en Líbano.
TEMA 2. CONCEPTOS POLÍTICOS EN EL PENSAMIENTO ÁRABO-
MUSULMÁN
2.1. Los problemas de
transposición de conceptos políticos occidentales a la realidad
arabo-musulmana.
Existen un cierto número de principios propios de la cultura
occidental, interiorizados y asumidos por los ciudadanos que no existen o no se
reflejan de la misma manera en el mundo árabe, podemos destacar los siguientes:
Estado, Nación,
representación, soberanía popular, división de poderes, Estado de Derecho,
democracia, ciudadanía son conceptos que surgen en Occidente, que se consideran
consustanciales a la política, y que se han intentado importar a los países
árabes y otros países.
Los estados árabes colonizados en la época moderna fueron
organizados bajo presupuestos occidentales-liberales, suponiendo que esta es la
organización que mayor desarrollo y progreso trae consigo, ignorando por tanto
el funcionamiento propio de las instituciones locales y produciendo notables
discordancias y creando conflictos
Si bien el panarabismo o los nacionalismos de corte árabe
son o tienden a ser secularizadores no ignoran el poder del Islam y en
numerosas ocasiones buscan legitimarse en él, siguiendo la estructura básica de
organización político-legal, instaurando por tanto el Islam como religión
oficial del Estado, la sharía como fuente de inspiración legal así como la
shura y la bei´a (consejo del gobernante y pacto o contrato social)
2.2. La Umma y la organización política en el Islam.
La sociedad islámica,
una vez se ha despojado del dominio occidental encumbra sus instituciones tradicionales
como forma político-legal de conducirse, al contrario de lo que ocurre en el
mundo occidental aquí encontraremos el concepto de lo privado investido con
toda su fuerza en contra de nuestro concepto ambiguo de público-privado, además
como ocurre en cierta manera con otras religiones, pero reforzado en este caso
por la gran fuerza vinculante que tiene en el ámbito de lo político, la
islámica es una organización transnacional que hace poco caso a las frontera.
Ya que la Umma o Comunidad de Creyentes abarcará todos aquellos lugares donde
esté establecido un gobierno musulmán.
Las entidades menores o subdivisiones políticas de la Umma, tal como estipula
el Corán, solo se conciben como consecuencia de la complejidad geográfica o
logística que abarca el mundo islámico, y en ocasiones excepcionales por las
peculiaridades históricas de algunos países.
2.3. Poder, autoridad y legitimidad.
El poder en el Islam solo pertenece a Dios, pero se ejerce
mediante su intermediario, que serán Mahoma y sus sucesores, Dios es
Vicerregente en la tierra pero el hombre ejerce los asuntos de estado, tal como
ejemplifica la constitución Iraní: (X). La autoridad y el Estado son una
creación humana fruto del consenso de los musulmanes, instrumentos necesarios
además para hacer posible la existencia y el desarrollo de la ley islámica.
Legitimidad del poder: A diferencia de occidente, donde la
legitimidad emana de la libre disposición de los hombres para ordenarse
democráticamente, aquí la legitimidad es divina y el gobierno es la
transferencia al hombre del mandato divino, no existe por tanto el contrato
social como tal (solo como mera plasmación de las ordenes divinas de
organizarse) y las leyes no se las otorga el hombre a sí mismo, sino que las
interpreta como designios de Dios.
Legitimidad de origen: la bei`a, concepto de procedencia
suní ordenará la relación entre gobernantes y gobernados:
Gobernante: Es el
depositario de la autoridad de dios y hace cumplir la ley y los preceptos del
Islam a la vez que los respeta, el Califa, que será la máxima autoridad
religiosa es elegido por la comunidad de entre sus hombres justos, ejemplares y
sabios, o mediante sus representantes en algún órgano intermedio.
Gobernado: Reconoce la
autoridad del gobernante y es sumiso a ella suponiéndola como consecuencia de
su sabiduría, por la que acepta guiarse en su cumplimiento del Islam, se
compromete por tanto a dejar en manos del gobernante los asuntos de los
musulmanes y a obedecerle. Cuando el gobernante incumple y surge el conflicto,
en un primer momento se instaura la prevalencia del deber del súbdito de obrar
como buen musulmán, entendiéndose la desobediencia, posteriormente y bajo la
justificación de que el gobernante solo responde ante Dios se vuelve a obligar
a la obediencia.
2.4. La Sharía como fuente de derecho.
La Sharía es la ley sagrada, conjunto de prescripciones y
recomendaciones divinos que regulan la acción humana, no es otorgada por los
hombres a sí mismos, sino que es la expresión de la voluntad revelada, verdad
preexistente al hombre, a la sociedad y al mismo Estado.
El Fiqh, o conocimiento profundo es la jurisprudencia
existente para interpretar las situaciones que no están contempladas en la
letra del Corán, la forman la Sunna o tradición del profeta, el lytihad o
interpretación de los textos fundadores, Qiyas o analogía y la lyma, o consenso
de la comunidad o de los juristas.
El gobernante por tanto, aunque poseedor del poder y del
deber de defender y reforzar la ley estará limitado por ella misma, que al
haber sido ya transmitida no se puede novar, sino únicamente clarificarse y
aplicarse. Con la expansión del Islam se introduce la figura de los Ulemas, que
amplían el corpus legal del Islam a través de su interpretación del Corán y la
Sunna y no se cierra la puerta a la posibilidad de desarrollo, en contra de lo
que postula el Wahabismo.
Los actos reglamentados en la Sharía son básicamente el
derecho religioso y el equivalente a nuestro derecho civil, regulando diversos
aspectos de la vida pública y privada y estableciendo las pautas a seguir en
las relaciones con otras comunidades,
2.5. La shura como
institución de consulta.
La
cuestión de la democracia aparece como una de las mas problemáticas en los
estudio políticos debió a la influencia del pensamiento neoliberal occidental,
que la sitúa como uno de los conceptos de culto mas incuestionables, surge la
duda de su aplicabilidad al mundo árabe y si de es posible la exportación del
modelo occidental a esta región. En el ámbito de la intelectualidad árabe la
mayoría de los pensadores del siglo XX se han acercado a esta cuestión,
admitiendo que fuera compatible se debe presentar como un conjunto de reglas e
instituciones diseñadas para permitir la gobernabilidad mediante la mediación
entre grupos competidores o con intereses en conflicto. El aparente fracaso
global de los procesos democratizadores nos introduce en la discusión de si por
un lado es incompatible con la religión islámica, cuya cultura política y su
tendencia hacia el autoritarismo la hace inviable o si bien se dan unas circunstancias
históricas particulares que han abortado los distintos procesos de
implantación, ya sea por conflictos armados, ambigüedad de las elites, papel de
los lideres y su identificación con el estado y ausencia de paz y seguridad.
La
Shura:
Literalmente
significa consulta, es el espacio que el islam permite a la gestión del
pluralismo, es una consecuencia de la jilafa, que en sentido parlamentario se
conoce como maylis al sura, determinantes connotaciones religiosas es
presentada como uno de los deberes de los creyentes, el derecho de la comunidad
a ser consultada pero también de consultar ella misma al gobernante, y es
resultado directo de la delegación del gobierno en la figura de un líder, su
metodología no está especificada pero se describen 7 principios inherentes a su
noción y aplicación contemporánea:
a) Existencia
de un campo político que ofrezca los medios necesarios para su puesta en
marcha, tales como procesos electorales
b) Creación
de un foro elegido por la comunidad
c) Sus
miembros han de ser elegidos por sus competencias
d) El
líder puede ser elegido tanto por la shura como de forma directa
e) El
presidente debe respetar los principios islámicos y dar cuenta a la shura de
sus actuaciones
f) Separación
de poderes, especialmente con respecto al poder judicial
g) La
población debe comprometerse mediante el bei´a de cumplirse todo lo anterior.
Dada
la percepción de los principios occidentales como ajenos al Islam, esta es una
de las posibles alternativas democratizadoras que se contemplan.
TEMA 3. POLÍTICA Y RELIGIÓN EN EL MUNDO ÁRABE: EL ISLAMISMO
POLÍTICO
3.1.
Interés y concepto de islamismo político.
“La lucha contra la alienación material, ideológica y
cultural constituye el objetivo principal de la intelectualidad islamista”
Islamismo progresista:
a) Fidelidad
histórica al primer mensaje del Islam, mensaje humanista de libertad justicia y
progreso, la corriente está abierta a ideas revolucionarias y progresistas de
todo el mundo.
b) Abolición
de la dualidad entre lo real y lo espiritual, consagración a través de Dios,
lucha contra el mal, la jerarquía, sociedad sin clases ni prejuicios
c) El
mensaje coránico es humanista y racionalista, no son dogmas sino una guía para
la acción y la reflexión
d) El
Islam no es metafísica, es un conjunto de finalidades socio-culturales.
Tres van a ser los
elementos que pongan de manifiesto la importancia de los movimientos islamistas
para la comunidad internacional, la cual es a menudo incapaz de deshacerse de
los estereotipos y prejuicios que lo acompañan, desmintiendo a su vez el
llamado fin de las ideologías en las que el hombre supuestamente sería capaz de
deshacerse del misticismo y vivir únicamente según elecciones racionales:
Origen: revolución iraní de 1979
•
Sin
embargo, el movimiento islamista data de 1928: Hermanos Musulmanes en Egipto
Renovación
del interés: caída del muro de Berlín
•
Peligro
“rojo” (comunista) es sustituido por el peligro “verde” (islamismo)
•
Guerra
civil en Argelia
Percepción
del islamismo como amenaza
•
Para
el propio país y región: desestabilización
•
Para
la cultura occidental: pone en riesgo los valores de la modernidad
•
Para
el orden político mundial: desestabilización
–
Apoyo
de los Gobiernos occidentales a los regímenes políticos musulmanes que luchan
contra el islamismo político
El fenómeno del retorno al
islam no moviliza a las fuerzas sociales del pasado, sino, sorprendentemente, a
las categorías sociales urbanas producidas por la integración de las economías
tercermundistas en el mercado económico mundial, en muchas ocasiones será un
obstáculo intelectual para nosotros el comprender como ha sido posible la
vuelta a lo sagrado en un contexto social contemporáneo. En sentido estricto no
se puede considerar a los islamistas ni fundamentalistas ni integristas, según
su autodefinición serán aquellos militantes del Islam que pretenden solucionar
los problemas sociales y políticos modernos mediante el recurso de la religión,
lo podemos entender como movimiento social con determinadas raíces económicas,
políticas y culturales que usa el Islam como recurso movilizador, para expresar
sus demandas políticas siempre en el marco de las sociedades actuales, como
contestación de las desigualdades sociales y como materialización de sus
expectativas.
Lo podemos descubrir como
una de las cuatro grandes corrientes en las que el Islam se expresa:
Islam
tradicionalista o religiosidad popular
Marabutismo
Sufismo
Islam pietista
o resocializador, evangelizador y socializador
Islam
culturista o nefundamentalista
Conservador: Wahabismo
Reformador: Salafismo
Islam político
o islamismo
Moderado, como los hermanos musulmanes
Radical, como el inspirado en la
revolución iraní
El islamismo, de carácter
siempre militante tendrá siempre un carácter moralizante y propone el retorno a
las escrituras como único fundamento de toda crítica y de toda renovación,
predican el retorno al Corán, a la sunna y a la Sharía y rechazan los
exponentes de la tradición, se distancia del fundamentalismo por su carácter
político militante, por su reapropiación d la modernidad tecnológica y por el
papel activo de la mujer, el fundamentalismo por su parte deshecha la acción
política entrando exclusivamente en la esfera moral. Será una forma de
vehicular la contestación social. Como nexo común, más allá de su alcance o de
la diversidad de situaciones en las que se pueda encontrar es el vínculo a una
misma matriz explicativa histórica.
3.2. Origen del islamismo
político.
Para explicar el origen de
estos movimientos hay que atender a un plano material, dado en las condiciones
socioeconómicas en las que han vivido en las últimas décadas los países del Magreb
y la emergencia, en un plano ideológico de n los Hermanos Musulmanes a
principios del siglo XX. Surge como una reacción política a la dominación
cultural de occidente en un periodo que ve la caída del imperio otomano, último
reducto de la idea de califato y su sustitución por una república laica (Turquía)
así como la preocupante situación de Palestina bajo el mandato británico y en
general el desarrollo de tendencias europeístas secularizadoras que obvian la
identidad islámica, tras el repliegue occidental buscaran un reequilibrio
cultural consecutivo a este
No se oponen al nuevo orden
social, sino que denuncian la injusticia, la corrupción, las desigualdades
sociales, la pobreza. Buscan hacer del Islam tal como ellos lo comprenden, el
determinante único de su identidad. Desvalorizan lo no musulmán como origen del
mal, consideran los primeros tiempos como perfectos, pero lejos de la verdad
esotérica de otros movimientos su búsqueda de la justicia la harán de forma
activa. Su acción acompaña a menudo un proyecto social, realizar lo que ellos creen
que es un Estado musulmán fuerte y moderno sustentado en tres pilares: 3
pilares políticos:
Unidad de la comunidad: Umma, unidad basada en la identidad islámica, más que
nacional
Responsabilidad del
gobernante
Respeto a la voluntad de la
comunidad: gobernante debe respetar
a la comunidad y consultarla
Por último y para alejar definitivamente
todos los prejuicios que se asocian inmediatamente al término islamista, hay
que considerarlo como un fenómeno no violento de acción social y solidaria:
Educación y reforma
progresiva de la sociedad: se
privilegia la acción socioeducativa y la beneficencia
Objetivo más moral que político
Hay que comenzar con el
individuo, la familia y la sociedad
para después modificar el aparato del Estado
Trabajo social: creación de mezquitas, escuelas, dispensarios, clubs
deportivos y culturales, cooperativas de producción
Suplir al Estado allí donde ha dejado de actuar
Así como la importancia de
entender su composición, que es en definitiva su origen, y es que surge allí
donde el Estado de bienestar ha fallado, por tanto no solo lo encontraremos en
el campesinado, sino supliendo el vacio que se ha instaurado en las clases
obreras pero también en las elites intelectuales para los cuales el
Estado-Nación es percibido como alógeno e ilegitimo. S
3.3. Causas del islamismo
político.
Causas culturales o enfoque
ideológico:
Algunos autores sostienen
que el retorno al Islam tiene incluso una base más cultural que religiosa, se
ve al Islam como referente de la identidad de los países arabo musulmanes, en
lo que será una reacción a la pérdida de identidad cultural, nacional y religiosa,
se rechaza la modernidad tal y como se impone desde Occidente, que en los
países árabes se verá como culpable de:
Ruptura
de los tradicionales lazos de solidaridad familiar
Vacío
espiritual
Mutaciones
sociales: éxodo rural, pauperización, cambios en los estilos de vida
Además surge tras el
fracaso de otros tipos de sistemas tales como los socialistas o los
nacionalistas de cuyo funcionamiento han concluido que las élites han sido
incapaces de implantar un conjunto de valores árabes que afrontasen con
garantía la modernidad y los guiasen en los nuevos retos que surgen de ella,
además la doctrina social del islamismo suplirá al estado allí donde este no ha
llegado, y la legitimidad religiosa suplirá sin duda una más que dudosa
legitimidad nacionalista, además la corrupción, burocratización, etc. hastía en
muchos casos a una gran parte de la población que todavía no había discutido el
sistema y que respalda el islamismo por el concepto de responsabilidad del
gobernante ante el gobernador, pilar que encontramos en las raíces del islam
pero que se difumina en la aplicación del estado-nación.
Islamismo como vector de
expresión de las frustraciones identitarias, económicas, sociales y
democráticas de las clases medias afectadas tanto por el autoritarismo del
poder como por el fracaso de las políticas económicas.
Causas
económicas o enfoque materialista:
Más simplista que el
anterior aunque no deja de tener ciertos caracteres importantes de analizar:
Principalmente
han académicos norteamericanos quienes han explicado el islamismo a través de
variables económicas, sin embargo, las teorías que se apoyan en factores
económicos resultan demasiado simplistas
–
Problemas
económicos en estas sociedades:
•
Desempleo:
(acceso de la mujer al trabajo)
•
Inflación
•
Gran
parte de la sociedad fuera del reparto de la riqueza.
–
Problemas
socio-económicos agravados por los problemas demográficos:
•
Crecimiento
de la población
•
Población
joven
•
Éxodo
rural: cinturones de pobreza alrededor de las ciudades: problemas de vivienda,
infraestructuras (agua, electrificación, sanitarias, educativas, transportes)
–
Escasas
prestaciones sociales
–
Marginación
social, desigualdad social.
–
Aun así el problema
económico no deja de ser enfocable una vez más como un problema político:
fracaso de los modelos capitalista y socialista de dar solución a los problemas
sociales
Enfoque multicausal:
Como en tantas otras cosas
la solución llega en la conjunción de los dos paradigmas enfrentados, serán
variables tanto culturales y políticas como sociales y económicas las que
adoptarán la mayoría de los académicos en sus estudios, el hecho fundamental es
la crisis de la hegemonía del modelo occidental transferido a las sociedades
arabo-musulmanas, el rechazo masivo de la población dejada fuera de las esfera
de producción, la ausencia de instituciones de integración y de expresión democrática
así como el sentimiento de pérdida de identidad cultural, nacional o religiosa
que acaban por hacer surgir la desilusión y el desencanto, Cuanto más
excluyentes son los regímenes políticos (a la vez sobre el plano político y
sobre el plano económico y social), más las tensiones se exacerban en un
contexto de marginación social y de ausencia de una vida democrática real, lo
que ofrece a los movimientos de contestación religiosa un terreno favorable a
su expansión (Lamchichi, 1989: 44).
Yven Ben Achour distinguirá
4 factores que han contribuido decisivamente a la aparición y desarrollo de
movimientos islamistas:
-
Las
profundas mutaciones sociales, desequilibrios de clases, éxodo rural y la
miseria de los servicios públicos así como la crisis en general de los
regímenes políticos y el ahogamiento del estado
-
La
heterogeneidad, la contradicción y el desequilibrio de los valores morales y las
costumbres
-
A esto
se añade la burocratización y corrupción del estado en su declive moral
-
La
evolución de las relaciones internacionales y la influencia de los movimientos
en Irán y Libia.
3.4. Bases sociales del
islamismo político.
Heterogeneidad: el islamismo no se reduce a una determinada clase social
ni se nutre principalmente de los ámbitos tradicionales islámicos: ulemas,
instituciones islámicas clásicas, sino que tiene un carácter más plural, aun
así es un fenómeno predominantemente urbano, en las zonas de campo
existe un mayor seguimiento del islam tradicional o popular.
Base
social:
•
Intelligentsia: sectores intelectuales de formación universitaria que
encabezan la dirección ideológica de los partidos y asociaciones
•
Militantes:
–
Base tradicional
del islamismo: pequeña y mediana burguesía (excluidos del poder político y de
los privilegios socioeconómicos).
•
Funcionarios
•
Profesionales
liberales
•
Profesores
•
Comerciantes:
fuente de financiación muy importante de los movimientos islamistas
–
Jóvenes
universitarios: Progresivo rejuvenecimiento de la base social islamista.
–
Mujeres.
–
Sectores
sociales marginados.
•
Movilizados: fenómeno predominantemente urbano, ciudadanos excluidos,
víctimas del desarrollo desigual, extrarradios urbanos.
Es
particularmente interesante como este movimiento ha conseguido integrar en sus
filas a jóvenes y a mujeres, la explicación se encuentra en parte si
contemplamos el hecho de que en el actual contexto ninguno de los dos grupos
encuentra espacio para realizar sus aspiraciones:
Jóvenes: Pertenecientes a la clase media modernizada,
universitarios en muchos casos y de educación tanto árabe como extranjera, se
da el caso peculiar de que el caldo de cultivo en las facultades de ciencias es
asombroso, y no solo en teología como podría caber esperar, esto se debe a que
el manejo de universos abstractos en un entorno desarraigado en lo espiritual
deja a la deriva a muchos de estos jóvenes, que han reemplazado a la izquierda
en el liderazgo de las universidades
Mujeres: su presencia es considerable en movimientos islamistas,
tanto a nivel de militancia como incluso la dirección (Marruecos) es un
elemento común en los movimientos islamistas donde su militancia es superior a la existente en
partidos políticos. Muchas de ellas son estudiantes o tituladas universitarias
con expectativas de ascenso social, que encuentran en este movimiento un foro
de expresión y de actividad que no encuentran en su lugar tradicional, por lo
que su posición aquí no deja de ser paradójica.
3.5.
Estrategias del poder frente al islamismo político: la inclusión y exclusión de
los movimientos islamistas en el sistema político.
Juego de símbolos entre islamistas y jerarcas, quien adquiera
el monopolio de la religión tendrá un arma poderosa, los islamistas cuentan con
la legitimidad, el estado, obligado a un ejercicio de la praxis política que a
veces choca contra los principios religiosos puede en cambio cortar el acceso a
las cuotas de poder a la que se asoman los grupos políticos en los sistemas
competitivos. Encontramos diversos términos:
Inclusión
total, limitada o exclusión, inclusión en el sistema pero dentro o fuera del
gobierno. Por otro lado la disputa entra la islamización:
Desde
abajo: fenómeno sociocultural, presión para islamizar la vida cotidiana,
predicación y práctica individual, control del campo social (desde el púlpito)
Desde
arriba: como medida de las jerarquías políticas de controlar la anterior,
refuerzan su legitimidad religiosa y controlan el islamismo integrándolo en el
juego político.
3.6.
Movimientos y partidos islamistas más relevantes en los distintos países
árabes.
Tabla
en la lectura
TEMA 4. TIPOLOGÍA DE LOS REGÍMENES POLÍTICOS ÁRABES
4.1. Los problemas de
tipificación de los regímenes políticos árabes.
Importancia de tipificar los distintos sistemas políticos
árabes: la tipificación constituye una forma de estructurar el conocimiento y
de comprender la política, ayuda a formar los conceptos que hay que medir,
pueden constituir objetivos de la investigación y son la base del método de
control comparado (Laiz y Román, 2003: 82). En el caso concreto de la
clasificación de los regímenes políticos, la relevancia de establecer
categorizaciones reside en el hecho de que suponen el punto de partida de
cualquier investigación, permitiéndonos analizar de forma comparada distintos
aspectos. Cuatro son los grandes temas que han ocupado la atención de los comparativitas
en relación con los regímenes políticos:
(a) qué elementos
diferencian unos sistemas políticos de otros;
(b) cuál constituye la
mejor forma de gobierno;
(c) qué variables influyen
en el desarrollo y en la estabilidad de los regímenes políticos;
(d) cómo y por qué se
producen los procesos de cambio político.
A partir de aquí la complicación reside en encontrar una
clasificación que refleje la realidad de los sistemas políticos árabes, ya que
muchas de las sistematizaciones actuales no responden bien al desafío de
amparar las complejidades y ambigüedades de estos sistemas, si bien esta
postura es contradicha por quienes piensan que a pesar de todo hay que intentar
encuadrarlos según los métodos tradicionales sin hacer referencia a su
excepcionalidad, además tampoco ayuda que la mayoría de los estudios académicos
hayan sido realizados según una perspectiva democrática occidental, por lo que
son pocas las referencias que tendremos, a lo que debemos sumar la escasez
también de estudios de zona que nos presente un marco de comparación entre los
países de la zona árabe, a lo que podemos añadir que los propios implicados
tampoco han frecuentado la metodología que a nosotros nos es familiar y no se
puede extraer demasiado por ese lado. Por lo tanto para la tipificación
recurriremos al esquema clásico y en su momento determinaremos la
especificidades del mundo árabe que habrán de tenerse en cuenta para hacer el
estudio lo más preciso posible.
La tipología clásica abre por tanto una clasificación entre
regímenes democráticos y no democráticos, subdividiendo estos últimos entre
autoritarismos y totalitarismos, lo que nos resulta claramente insuficiente, ya
que la mayoría de los sistemas del mundo no son totalmente ni una cosa ni otra,
carencia que será más evidente en el mundo árabe, en muchos de los casos de
sistemas a medio camino entre ambos extremos se usan diversos términos, tales
como transitivos hacia la democracia o se hace hincapié en alguno de los
elementos democráticos que pueda tener, tales como las elecciones
multipartidistas, sin poner el acento sin embargo en aspectos fundamentales
como la competitividad real de los grupos políticos, la participación
ciudadana, los derechos humanos o el marco jurídico. Se puede considerar por
tanto, que el mundo árabe no está inmerso actualmente en una nueva ola
democratizadora, sino en un simple proceso de liberalización, los procesos de
cambio político se han producido desde la élites de los regímenes y en todo
caso bajo su control. A los sistemas árabes que han dejado entrever estos
procesos de liberalización se les podrá considerar como sistemas híbridos, que
comparten prácticas democráticas (multipartidismo, elecciones periódicas,
instituciones representativas y sistemas jurídicos de derechos y libertades)
con meras prácticas de autoritarismo por parte del poder, ante los sistemas
políticos híbridos se oponen otros países que han quedado anclados en el
autoritarismo más absoluto.
Podemos concluir por tanto que existen diferencias
considerables en los sistemas políticos de los países árabes, que irían de un
menor o mayor grado de autoritarismo en cuanto al grado de representación
política, competencia política, ejercicio pleno de derechos y libertades
públicas y Estado de Derecho, y que por tanto será necesario establecer una
tipología más afinada de los regímenes políticos con el objeto de precisar las
diferencias de grado entre las distintas categorías posibles.
4.2. Una propuesta de tipificación de los regímenes
políticos árabes.
Los presupuestos de la tipificación que se propone para los
regímenes políticos árabes será partir de la democracia plena como ideal de
gobierno y enmarcar a los distintos sistemas entre este ideal y su polo
opuesto, el autoritarismo cerrado, las dimensiones que analizaremos serán las
siguientes:
–
Pluralismo
político competitivo: ejercicio pleno e igualitario de derechos políticos.
–
Procesos
electorales:
§ Características:
periódicas, competitivas y limpias.
§ Igualdad
de oportunidades tanto respecto al ejercicio del derecho al voto como a poder
presentarse como candidatos a dichas elecciones.
§ Funciones:
representación y producción de gobierno.
–
Instituciones
del Estado:
§ Autónomas y representativas.
§ Sujetas a responsabilidad política
(accountability).
–
Ausencia de actores determinantes en el Estado que no estén
sujetos a responsabilidad política
–
Derecho de asociación y organización.
–
Ejercicio
pleno e igualitario de las libertades públicas: especialmente libertad de
expresión y aacceso a fuentes alternativas de información y pluralidad de
medios de comunicación.
–
Imperio de la ley (rule of law).
–
(Control del Estado del territorio, relativo para la
clasificación).
–
Respeto e integración de las minorías.
–
Funcionamiento
de gobierno:
§ Ausencia
destacada de fenómenos de corrupción y clientelismo.
§ Capacidad de dar respuesta a las
demandas básicas de los ciudadanos (responsiviness).
–
Aceptación
mayoritaria de las reglas del juego: legitimidad del sistema político.
Las 5 categorías posibles en esta tipificación serán:
§ Democracia
plena
§ Democracia
defectiva
§ Autoritarismo
competitivo cuasi libre
§ Autoritarismo
hegemónico restrictivo
§ Autoritarismo
cerrado
Democracia
plena: Régimen de gobierno en el que el acceso al poder se
establece a través de elecciones periódicas y competitivas, con igualdad de
oportunidades tanto respecto al ejercicio del derecho al voto como a poder
presentarse como candidatos a dichas elecciones. Los gobernantes están sujetos
a responsabilidad política en el ejercicio de sus funciones y son capaces de
dar respuesta a las demandas básicas de los ciudadanos. La única restricción
que se establece al pluralismo y a la participación en la esfera social y
política es aquella que suponga un atentado a los principios legales y
constitucionales. Este régimen se fundamenta en la aceptación mayoritaria de
las reglas de juego político y en el respeto de las minorías.
Democracia defectiva.
Regímenes políticos que pueden no haber culminado su proceso de consolidación
democrática o que, efectuando procesos electorales competitivos que cumplen las
funciones de representación y producción de gobierno, pueden verse limitados en
su desarrollo democrático por distintos factores: un funcionamiento inadecuado
en los frenos y contrapesos de las instituciones representativas, fenómenos de
corrupción y clientelismo, la amenaza de algún actor ajeno a las instituciones
representativas, la presencia externa de una potencia que supervise el
desarrollo democrático del país, la falta de igualdad plena en el ejercicio de
los derechos y libertades o de integración de los grupos sociales, étnicos o
religiosos, etc.
Autoritarismo competitivo cuasi
libre. Regímenes en los que se han establecido instituciones
representativas, en base a procesos electorales en los que participan un amplio
espectro de fuerzas políticas que tienen capacidad de disputarse el poder y
verse representadas en las mismas. No obstante, alguna fuerza política puede
verse relegada de la competición electoral y política. De este modo, existe un
amplio pluralismo social y político, acceso a fuentes alternativas de
información y pluralidad de medios de comunicación aunque, igualmente, puede
verse restringido. Por otro lado, impera el Estado de Derecho, pero en
ocasiones se puede producir un recorte en los derechos y libertades públicas
cuando se pueda poner en riesgo las bases del poder político.
Autoritarismo hegemónico
restrictivo. En este tipo de regímenes políticos el sistema político
puede verse dominado por poderes militares, extranjeros, jerarquías religiosas,
oligarquías económicas o cualquier otro grupo poderoso. Por otro lado, pese a
que sea pueden haber experimentado procesos de liberalización política, como el
reconocimiento del pluralismo político, sólo los partidos o candidatos que
participan en el poder tienen posibilidad real de acceder a los cargos de poder
e instituciones públicas. Por lo tanto, las elecciones si bien pueden ser pluralistas,
no son competitivas. Asimismo, los derechos y libertades públicas son muy
restrictivas y están sujetas continuamente a las amenazas de los poderes
públicos. Determinados grupos étnicos, religiosos y regionales pueden verse
relegados de los derechos civiles e, incluso, pueden existir conflictos
importantes en algunos de estos ámbitos.
Autoritarismo cerrado.
No existe Estado de Derecho, ni reconocimiento de las principales derechos
políticos y libertades públicas. En los procesos electorales, si los hubiese,
sólo participan los candidatos afines al régimen político.
Para encuadrar a los distintos países en alguna de estas
categorías uno de los instrumentos más útiles será el índice libertad de
Freedom House, que evalúa una serie de variables encuadrados bien en Derechos
Políticos (Proceso electoral, pluralismo político y funcionamiento del
gobierno) bien en Libertades Públicas (Libertad de expresión y religiosa,
derechos de asociación, Estado de derecho y autonomía personal y derechos
individuales) Las diferencias en el caso de los países árabes está en el grado
de competencia política y libertades públicas principalmente.
TEMA 5. PROCESOS DE CAMBIO POLÍTICO EN LOS PAÍSES ÁRABES
5.1. Liberalización,
democratización y transición.
Se suele hacer una constante referencia a que algunos países
árabes se encuentran inmersos en un proceso de transición hacia la democracia. ¿Podemos
hablar realmente de procesos de transición democrática en estos países? La
dificultad de analizar esta cuestión radica a que no es una Región estudiada
por la transitología por lo que las peculiaridades del mundo árabe dará como
resultado la dificultad de encuadrar estos casos en los modelos establecidos de
transiciones democráticas, además la heterogeneidad de los caos dificulta aun más
el análisis, así como la discontinuidad evolutiva de cada país y las
inexistencia de experiencias previas de transición democrática en los países
árabes.
Distinguiremos entre
transición, democratización y liberalización:
Transición: Período que se establece de un
régimen político a otro. Entenderemos en este caso que el trayecto se realiza
desde el autoritarismo a la democracia u otra alternativa revolucionaria.
Consiste en un “período ambiguo o intermedio en el que el régimen ha abandonado
algunas características determinantes del ordenamiento institucional anterior
sin haber adquirido todas las características del nuevo régimen que se va a
instaurar” (Morlino, 2009: 94). Las transiciones pueden originarse por un suceso
rupturista (discontinuidad), aunque es más frecuente encontrar procesos que
se desarrollan desde la moderación, a través de la reforma (continuidad)
de las estructuras autoritarias. Características de las transiciones:
•
Las
reglas de juego no están totalmente fijas.
•
Son
a menudo objeto de disputa.
•
Suelen
estar en manos de los dirigentes autoritarios.
Origen: Una de las señales que indica el inicio de
un proceso de transición es la modificación de las reglas en pos de otorgar
mayores garantías a los derechos de los ciudadanos y de los grupos.
Conclusión: existe transición cuando resulta
evidente la dirección democrática adoptada, cuando surge claramente la
posibilidad concreta de instaurar una democracia (p.e. elecciones
fundacionales).
Liberalización: Estadio previo a la democratización, Proceso de
redefinición y de ampliación de derechos pero nunca amplios ni completos, estos derechos pueden
existir anteriormente, pero con la liberalización los derechos se garantizan
parcialmente frente a las arbitrariedades del Estado o de terceros.
Derechos garantizados:
•
En
la esfera individual:
habeas corpus, inviolabilidad de la correspondencia y del domicilio, proceso
judicial justo, libertad de expresión, circulación y de petición frente a las
autoridades.
•
En
la esfera colectiva:
libertad de expresión, ausencia de censura en los medios de comunicación,
libertad de asociación.
En un proceso de
liberalización, estos derechos, libertades y garantías no son respetados en su
totalidad, pero su anulación comporta importantes problemas para el régimen
autoritario, permiten la organización controlada de la sociedad civil, y en la
medida que estas garantías se institucionalicen nos encontraremos más o menos
cerca de la democratización. En ocasiones los
gobernantes autoritarios pueden acudir a la liberalización como una forma de
aliviar la presión social y política sobre el poder mientras todavía evitan la
rendición de cuentas a través de elecciones libres y competitivas. Puede haber
liberalización sin democratización.
Democratización: Último estadio de la transición hacia la democracia,
el principio rector de la democracia es el concepto de ciudadanía, que es:
• Derecho a ser tratado por otros
individuos como igual respecto a la formulación de opciones colectivas.
• Obligación de quienes instrumentan
dichas opciones de ser accesibles y responder por igual frente a todos los
miembros del sistema político.
• Gobernados: obligación de respetar
la legitimidad de las opciones resultantes de la deliberación entre iguales
• Gobernantes: derecho de actuar con
autoridad a fin de promover la eficacia de esas opciones y proteger al sistema
político de toda amenaza a su perduración o supervivencia.
La forma que la democracia adopte
en cada país es contingente, pero hay unos mínimos aceptados para hablar de
democracia:
•
Voto
secreto y universal.
•
Elecciones
periódicas.
•
Competición
libre de partidos.
•
Reconocimiento
de las asociaciones y libre acceso a ellas.
•
Ejercicio
a la libre expresión.
•
Responsabilidad
política de los gobernantes, etc.
•
Otras instituciones menos
esenciales:
•
Responsabilidad
administrativa
•
Revisión
de los procedimientos judiciales
•
Financiación
pública de los partidos
•
Acceso
sin restricciones a la información
•
Limitación
de los mandatos gubernamentales
•
Normas
electorales que favorecen el voto, etc.
Se puede por tanto pensar en un proceso lógico de tres
fases: liberalización, transición y democratización, sin embargo, como hemos
dicho, ni la liberalización ni la transición implican necesariamente
democratización. Los límites y duración de cada fase así como el orden en el
que se desarrolle este proceso pueden modificarse en función de circunstancias
particulares.
Existe un alto grado de incertidumbre y de indeterminación
en los procesos de cambio político.
Para hablar de transición democrática debe haber una firme
voluntad en la clase política de abrir un proceso de transición y de llegar al
punto de la democratización, incluso cuando puedan existir diferencias en la
articulación de este proceso de transición. Las vías para alcanzar la
democracia son básicamente:
Reforma:
•
Puede
verse impulsada por el propio régimen autoritario, como consecuencia de un
pacto entre las elites gobernantes aperturistas y los sectores más moderados de
la oposición.
•
Impulso
de la reforma:
–
Desde
dentro del régimen: muerte del dictador, voluntad de los políticos del régimen
de evitar males mayores en el caso de que el nivel de descontento popular fuese
muy elevado.
–
Desde
fuera del régimen: acción colectiva de los movimientos sociales o de los
partidos de la oposición democrática.
–
Desde
fuera del país: circunstancias y actores ajenos al país, efecto contagio o bola
de nieve (Europa del Este).
Ruptura:
•
Crisis
interna: derrota bélica, crisis económica
•
Golpe
de Estado
•
Revolución
popular
•
Intervención
directa o indirecta del exterior
•
Fin
de la dominación colonial
Hoy en día en los países árabes no
existe un camino que lleve a la democracia, los dirigentes, reticentes a perder
su autoridad juegan con la apertura según la conveniencia política de la misma
en un momento determinado, cediendo a veces incluso absorbiendo a ciertos
reformistas en sus gobiernos pero dando marcha atrás igualmente si la situación
lo requiere. Por otra parte los extremistas son conscientes de que sus
oportunidades en la participación radican en la inclusión de sus grupos en el
juego político por lo que no es infrecuente que cedan en sus pretensiones más
democráticas a cambio de su inclusión en el panorama político del país. Podemos
decir que cierta apertura es incluso buena para los dirigentes, ya que mejorará
las condiciones económicas de sus dominios así como incluirá en sus filas a la
posible oposición, que teniendo cierto espacio no se aproximará tanto a los
radicalismos.
Impulso de las elites
dirigentes autoritarias.
–
Las elites dominantes han controlado la cronología, los
ritmos y la amplitud de las reformas.
–
Unilateralidad: los cambios no son negociados ni se derivan
de demandas populares.
–
En algunos casos, las reformas políticas han venido
precedidas o acompañadas por un acuerdo tácito entre la elite dirigente y la
oposición. Ejs:
•
Marruecos entre la Monarquía y los principales partidos de
la oposición democrática a partir de 1996, lo que permitió la participación de
éstos a partir de marzo de 1998 en el denominado gobierno de la alternancia.
•
Jordania, durante el proceso de liberalización política de
1989.
•
Líbano, con los acuerdos de Taif de 1989, que dieron lugar a
la actual configuración confesional del sistema político.
Naturaleza de los cambios
políticos.
–
Mejora de la situación de los derechos humanos y la libertad
de expresión.
–
Adopción del multipartidismo (donde no existiese).
–
Desarrollo de la sociedad civil: expansión de las
organizaciones y asociaciones sociales.
–
Reformas constitucionales: ampliación de los poderes de las
instituciones representativos.
–
Pactos (formales o implícitos) entre los dirigentes
autoritarios y las fuerzas políticas.
–
Celebración elecciones pluralistas.
Conclusión: el control del cambio
político por la clase dirigente, su escasa voluntad democratizadora así como la
debilidad de la oposición democrática y de la sociedad civil, por la propia
naturaleza autoritaria del régimen, hace que la esperanza de la democratización
se diluya a corto y medio plazo.
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