lunes, 23 de julio de 2012

Relaciones Internacionales: Los actores.

ACTORES INTERNACIONALES: definición y tipologías

→ Tipología clásica
El actor internacional es aquella unidad del sistema internacional (entidad, grupo, individuo) que goza de habilidad para movilizar recursos que le permiten alcanzar sus objetivos, que tiene capacidad para ejercer influencia sobre otros actores del sistema y que goza de cierta autonomía.
Según RUSSETT y STARR, la calidad de actor internacional se fundamenta en tres elementos:
a)      La unidad ha de llevar a cabo funciones continuadas y significativas.
b)      La unidad es tomada en consideración por parte de los elaboradores de la política exterior
c)      La entidad tiene cierto grado de autonomía o libertad a la hora de tomar decisiones.
En este caso, la definición de actor internacional está en relación con el sistema interestatal.
MERLE parte de una definición amplia de actor internacional. Él mismo escribe: «Por “actor” hay que entender toda autoridad, todo organismo, todo grupo e, incluso, en el caso límite, toda persona capaz de “desempeñar una función” en el campo social; en nuestro caso concreto en la escena internacional». El autor francés dibuja tres tipo de actores internacionales:
-          Estados
-          Organismos intergubernamentales
-          Fuerzas transnacionales:
·         Organizaciones no gubernamentales
·         Firmas multinacionales
·         Opinión pública internacional
Para MERLE « que el Estado o los Estados sean actores internacionales no elimina la existencia de actores no estatales.» Hay que considerar el caso de las organizaciones interestatales o intergubernamentales para preguntarse si estas instituciones, creadas y animadas por los Estados, han adquirido, frente a sus miembros, el mínimo de autonomía necesaria para desempeñar una función específica. Bajo la denominación de “fuerzas transnacionales” se encuentran ejemplos de grupos que asumen unas funciones y que ejercen una influencia más o menos grande sobre la decisión de los otros actores.

→ Enfoques transnacionalistas
En este caso, hay que destacar que el estado y la territorialidad pierden importancia y que la transnacionalidad deja de constituir un “cajón de sastre” para adquirir perfiles más definidos.
MANSBACH considera seis tipos de actores:
a)                              AGI: actores gubernamentales interestatales u organizaciones intergubernamentales, x.ej., Organizaciones de Estados Americanos (OEA) o la UNESCO
b)                              ANGI: actores no gubernamentales interestatales, en referencia a grupos e individuos que llevan a cabo actividad internacional, sin representar a sus estados, x.ej., Amnistía Internacional, IBM o Shell.
c)                              Estados: los estados, en referencia a la actuación del gobierno central, terreno privilegiado del análisis realista
d)                              AGNC: actores gubernamentales no centrales, en referencia a la actuación de los gobiernos locales (x.ej., CCAA con presencia internacional)


e)                              AING: actores intraestatales no gubernamentales; es decir, grupos privados del ámbito nacional que mantienen relaciones directas con actores internacionales, al margen de su gobierno, x.ej., PSOE, la Academia Sueca (Premio Nobel de Literatura)
f)                               Individuo: personas que, merced a su prestigio personal y a título individual, ejercen una actividad destacada en la escena internacional, como científicos o artistas.
La tipología de MANSBACH distingue entre actores públicos y actores privados. Con los actores públicos o gubernamentales (AGI, estados y AGNC) y los actores privados o no gubernamentales (ANGI, AING e individuos). MANSBACH plantea lo que él denomina un “sistema conglomerado complejo” que no es otra cosa que la presentación en forma de matriz de todas las interacciones posibles entre os seis tipos de actores reseñados. Como apunta CATERINA GARCÍA, el «el término “conglomerado” hace referencia a la mezcla de materiales y de elementos diversos que se agrupan sin asimilarse. La idiosincrasia, el rasgo primario de este sistema, es la existencia de diversos tipos de actores diferentes que se agrupan según las situaciones específicas y forman distintos alineamientos difusos y flexibles en base a los objetivos que se pretenden alcanzar y a los medios que deben movilizarse para ello.»

A)    EL SISTEMA DE ESTADOS: LA LÓGICA DE LA DIFERENCIA

En algunas ocasiones el Estado es presentado como actor privilegiado o casi único (x.ej., autores realistas clásicos como HANS J. MORGENTHAU). En otras ocasiones el analista parte del papel cada vez más reducido de los estados (gobiernos nacionales) en el sistema internacional, tal y como ocurre en el caso de los autores transnacinalistas, como MANSBACH. En tanto que afirmación o en tanto que negación, el estado se convierte en referencia continuada a la hora de analizar el sistema internacional. Se puede hablar, al mismo tiempo de crisis y de consolidación del estado.
La consolidación del estado como forma de organización política es una evidencia en términos numéricos. Sólo hay que recordar que la Organización de las Naciones Unidas ha pasado de 51 miembros, firmantes originarios de la Carta de San Francisco en 1945, a 191 en 2003.
La crisis del estado, está asociada al desafío que supone para los gobiernos nacionales otro tipo de actores. Así, el desarrollo de las organizaciones internacionales o la globalización de la economía, acompañada del reforzamiento de las empresas transnacionales, son ejemplos en dicho sentido.

a)      Soberanía y territorio

En términos internacionales el Tratado de Westfalia (1648) supone el punto de partida de un nuevo mundo, en el que la anterior multiplicación de autoridades y de lealtades (príncipes, emperador, papa) da paso al monopolio de la autoridad política sobre un territorio determinado. El principio central del Tratado de Westfalia era simple pero a la vez novedoso: el monarca será soberano en su territorio. Desaparecía la posibilidad de una autoridad externa o superior a la del monarca (emperador, papa).
Los elementos constitutivos del estado moderno son tres: territorio, población y gobierno, con autoridad para gobernar sobre los otros dos. El estado se diferencia de cualquier otro actor porque goza de un status legal único, goza de soberanía. Lo que diferencia al estado de cualquier otro actor y lo que iguala a los estados entre sí. En términos jurídicos, todos los estados son iguales, en tanto que todos son soberanos. Art. 2.1. de la Carta de las Naciones Unidas y desarrollado en la resolución 2625 (XXV) de la Asamblea General de Naciones Unidas.
«Todos los estados gozan de la igualdad soberana. Tienen iguales derechos e iguales deberes y son por igual miembros de la comunidad internacional, pese a las diferencias de orden económico, social, político o de otra índole.»
HEDLEY BULL indica que la soberanía incluye “la soberanía interna, que comporta la supremacía sobre cualquier otra autoridad existente entre la población o en el territorio” y la soberanía externa que significa “no supremacía, sino independencia de cualquier autoridad externa”. La soberanía externa se traduce en que ninguna autoridad puede decir al estado cómo actuar. No existe ningún superior jerárquico con autoridad legítima para decir al estado lo que tiene que hacer. Es independiente.
DANIEL COLARD, apunta desde el Derecho Internacional Público que “soberanía no significa que el estado no esté sometido a reglas obligatorias que le son superiores; significa que no está sometido sin su consentimiento a ninguna autoridad ni organismo que le imponga una obligación”
La independencia objetiva del Estado alcanza todo su valor en el sistema internacional cuando es reconocida por los otros miembros del sistema de estados. El reconocimiento es el ejemplo de partida que nos muestra que toda consideración sobre el papel de n estado en el sistema internacional se ha de expresar en términos de relación.
En el terreno jurídico, la relación entre estados soberanos viene determinada en la actualidad por una serie de principios contenidos en la Carta de las Naciones Unidas. Entre los cuales destacan tres grandes principios:
a)      Principio de la igualdad entre los estados (art.2.1) (x. ej. Un estado, un voto)
b)      Principio de la no intervención o de la no injerencia (art. 2.7) (corolario lógico de la soberanía)
c)      Principio de no recurrir a la fuerza (art. 2.4) tiene por objeto que un estado no recurra a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política d otro estado y la guerra se ve abolida, salvo en casos de legítima defensa (art.51)
La experiencia de cincuenta años de funcionamiento de Naciones Unidas no sirve para saber que los principios han sido habitualmente vulnerados.
Otra característica que diferencia al estado de otros actores es la disposición de un territorio (terrestre, aéreo y marítimo). Ningún otro actor dispone legalmente de un territorio. Todo territorio del mundo tiene un soberano. Se podría decir que la soberanía “crea” el territorio.
Los criterios jurídicos nos dan un punto de parta que, desde las relaciones internacionales, hemos de relativizar sobre la base de la capacidad y de la habilidad de cada entidad soberana para ejercer un efectivo control sobre su territorio y para llevar a cabo sus objetivos. El enfoque funcional de las relaciones internacionales se centrará en la habilidad de cada entidad para movilizar recursos de cara  a la consecución de objetivos determinados y en la capacidad de la misma para ejercer influencia sobre el comportamiento de otros actores del sistema internacional.

b)      Estados frente a estado

La diferencia entre los estados viene dada, en primer lugar, por un elemento obvio: su edad. En la actual Asamblea General de Naciones Unidas se sientan estados jóvenes junto a estados viejos. La descolonización masiva en la década de los sesenta significó la aparición de una multitud de estados que se delimitaron a partir de fronteras administrativas de origen colonial y que carecían de recursos humanos adecuados (ingenieros, médicos, diplomáticos, etc.) para dirigir y gestionar el país. De manera genérica se puede apuntar que los estados jóvenes tienen enormes hándicaps, en comparación a los viejos estados. Hándicaps en múltiples sentidos – pobreza, falta de infraestructuras, sociedades no consolidadas dentro de sus fronteras – que nos permiten hablar de países en crisis. Hoy es un lugar común vincular los estados fracasados o estados fallidos (failed states) con seguridad en general (la de los propios habitantes de dichos países y la del resto del planeta)

Consejo Europeo de Salónica 2003, JAVIER SOLANA:
«En muchas partes del mundo, el mal gobierno, posconflictos civiles y la facilidad de adquisición de armas ligeras han llevado a un debilitamiento del poder del Estado y de las estructuras sociales. En algunos casos se ha producido algo cercano al colapso de las instituciones del Estado (Somalia, Liberia y Afganistán). La debilidad del Estado es explotada con frecuencia por elementos criminales. Cuando los Estados se descomponen, la delincuencia organizada toma el relevo. Las actividades delictivas que se desarrollan en estos países afectan a la seguridad de Europa.»

Tras la edad, otros dos elementos tangibles nos permiten apreciar la diversidad actual entre los estados: su territorio y su población. En términos territoriales, Naciones Unidas alberga 191 estados que van desde las dimensiones de Rusia (17 millones de km2 ) hasta las dimensiones de Mónaco (1 km2). El tamaño del territorio no es un valor per se. La ubicación del territorio y su riqueza son cuestiones a considerar. En lo que respecta a la riqueza del territorio, no hace falta recordar la trascendencia política que ha tenido la concentración de los recursos energéticos en algunas regiones del mundo.
La población, al igual que el territorio está repartida de manera dispara a lo ancho del planeta (En el 2000 China tenía 1.253 millones de habitantes y el Vaticano 1.000 habitantes). Si el tamaño del territorio ha de contrastarse con otros muchos elementos cuantificables lo mismo ocurre con la población. Incluso más que en el caso anterior ya que la “calidad” de la población, en términos demográficos-culturales, es un factor decisivo para el desarrollo de un estado. En este terreno los indicadores a considerar son muy diversos: esperanza de vida, mortalidad infantil, analfabetismo, libros publicados, etc.

c)      Estados ricos/estados pobres

Otros dos criterios son el tamaño económico y el tamaño militar de cada unidad política.
En lo que respecta al tamaño económico del estado, el PNB constituye un primer indicador a considerar. Hay tres estados (Estados Unidos, Japón y Alemania) que acumulan casi el 50% de la producción mundial (España ocupaba la posición onceava en 2000). Sólo 16 estados tenían en 2000 productos nacionales superiores al 1% del producto total mundial, y esos estados acumulaban casi el 82% de la producción mundial, mientras que las 115 unidades menos productivas del mundo sumaban en total un 1% de la producción mundial.
El PNB per capita es el siguiente indicador a considerar. Ha servido de base al Banco Mundial para diseñar una clasificación aplicable a todos los estados del mundo. El PNB per capita nos muestra que en as últimas décadas las diferencias van en aumento entre el sector privilegiado de estados y los demás. Así, “una quinta parte de la humanidad, principalmente en los países industrializados, cuenta con las cuatro quintas partes del ingreso mundial y otras oportunidades de desarrollo”
El Banco Mundial clasifica los estados y territorios en tres grupos, según el nivel de PNB per capita: países de ingreso bajo, de ingreso medio (subdividido en países de ingreso medio bajo y países de ingreso medio alto) o de ingreso alto.
En 2002, sobre la base de 208 unidades contabilizadas por el Banco Mundial, el grupo de países de ingreso alto estaba formado por 52 unidades entre las cuales se cuenta España, con 15.000 dólares. El grupo de países de ingreso medio sumaba un total de 90 unidades. Finalmente, el grupo de los países de ingreso bajo sumaba en 2002 un total de 66 estados. Estos últimos, también calificados de países menos adelantados o países pobres.
El aumento espectacular de las diferencias entre países pobres y países ricos en las últimas décadas así como el deterioro social generalizado en el Tercer Mundo y en algunas capas sociales e los países ricos ha llevado al PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) a buscar indicadores que permitan captar el nivel de desarrollo humano. De ahí la definición, a partir de 1990, del índice de desarrollo humano, ampliamente utilizado en la actualidad por el sistema de Naciones Unidas, y formado “por tres componentes básicos de desarrollo humano: longevidad, nivel de conocimiento y nivel de vida. La longevidad se mide por la esperanza de vida.
El nivel de conocimientos se mide mediante una combinación de alfabetización de adultos y promedio de los años de escolaridad. El nivel de vida se mide mediante el poder adquisitivo, sobre la base del PIB per capita ajustado por el costo local de la vida. Junto al Índice de Desarrollo Humano (IDH) se han desarrollado otros índices complementarios, como el Índice de Pobreza Humana (IPH) y el Índice de Desarrollo por Sexos (IDS).
El IDH se considera más explicativo que el PNB per capita ya que éste no refleja la forma en que el crecimiento económico se traduce en bienestar humano. El IDH distingue tres tipos de países: los del grupo de alto desarrollo humano, formado por 53 países; un grupo de desarrollo medio, con 84 países y un tercer grupo, de desarrollo humano bajo, con 36 países.
  
d)      Estados armados

El tamaño militar del estado constituye un criterio clásico a la hora de establecer jerarquías en el sistema internacional. Así, podríamos fijarnos, según apuntan algunos autores, en: “número de hombres movilizados o movilizables; tipo de armamento del que se dispone; calidad y cantidades; calidad del liderazgo y de la organización militares; nivel de gastos militares; industria y comercio de armamentos: fabricación, exportación, importación, clientes y proveedores.
Todos los expertos en el tema están de acuerdo en que el momento cumbre en el gasto militar a nivel mundial corresponde al año 1986-1987. En ese momento, los grandes países en términos armamentístico eran bien conocidos: los Estados Unidos y la Unión Soviética
Si nos fijamos en la relación entre el presupuesto militar del estado y su PNB, nos percatamos de que, a lo largo de los 80, los países más militarizados del mundo se sitúan en el Oriente Medio.
La reducción del gasto militar a nivel mundial fue una constante desde finales de los ochenta hasta 1998. Esta reducción se sitúa fundamentalmente en América del Norte, Europa y Oriente Medio. En cambio, África, Asia y América Latina fueron escenarios continuados de aumento del gasto.
Los países pobres son los que han ocupado y ocupan puestos proporcionalmente destacados por su gasto militar con las consecuencias negativas que ello comporta a nivel de gastos sociales (educación y salud) del estado.
Dejando de un lado la industria militar nuclear, sometida por otra parte a un régimen legal de no proliferación, los grandes suministradores de armas convencionales forman un grupo reducido de países que entre 1996 y 2000 han exportado más del 85% del total mundial, estado el total mundial calorado en dicho período en casi 104.000 millones de dólares. A título indicativa hay que destacar el papel desempeñado por los cincos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, ya que los supuestos responsables del mantenimiento de la paz a nivel mundial desempeñan asimismo las veces de potencias exportadoras de armamento hacia continentes conflictivos, donde radican la mayor parte de conflictos armados.
Como apuntó el Informe sobre el Desarrollo Humano 1994 “durante el decenio pasado, más del 40% de las ventas de las principales armas convencionales se hicieron a potencias focos de conflicto. De los proveedores, Brasil, China, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Libia, Rumania y la ex Unión Soviética figuraron entre los principales infractores. Irónicamente, los países proveedores perdieron el control de la difusión de las armas y más tarde han tenido que hacer enérgicos intentos para recuperar las mismas armas que habían suministrado” (Francia acabó luchando contra Irak, al que había suministrado armas, en la guerra del Golfo)

B)     LA NOCIÓN DE JERARQUÍA: LAS POTENCIAS DEL SISTEMA

LOCKE, MAX WEBER o los analistas de las relaciones internacionales distinguen entre el poder como recursos (la base del poder) y el poder como influencia (el ejercicio del poder de un estado sobre los demás). Esto es, el poder sólo se puede entender como una relación entre estados y la estimación del poder debe realizarse en las precisas circunstancias en las que la interacción tiene lugar.

a)      La intangibilidad del poder

Así, junto a los recursos  que dotan al estado de una capacidad determinada (tener poder), éste debe gozar también de las estructuras políticas, sociales y económicas que permitan al gobierno movilizar dichos recursos nacionales y convertirlos en instrumentos de política exterior, con el objetivo de ejercer influencia internacional (ejercer poder).
Algunos recursos intangibles característicos son:
-          La cohesión de la población Þ así, en aquellos países en los que un grupo se sienta ajeno al estado, éste tendrá una fuente de debilidad. (Chíitas y kurdos al gobierno de Sadam Husein)
-          El nivel del compromiso individual con la persistencia del estado (el caso de Israel en el seno del mundo árabe)
-          Actuación de determinadas personalidades políticas (Nyerere en Tanzania)
-          La moral nacional (Estados Unidos, Francia)
Algunos de los recursos intangibles apuntados serán decisivos en el momento en que el gobierno se decida a traducir su capacidad nacional en una determinada influencia internacional. Un elemento imprescindible en el proceso de movilización de dicha capacidad es la voluntad política. Así el proceso de ajustar determinados recursos a la persecución de ciertos objetivos estará determinando por la voluntad de asumir funciones de dimensión internacional: colonización, “misión civilizadora”, organización del mantenimiento de la paz, mediación internacional, etc.
La voluntad o la falta de voluntad para asumir dichas funciones es básica a la hora de valorar la influencia que va a ejercer un estado.
En el proceso de movilizar recursos para transformarlos en influencia, hay que tener en cuenta también la dificultad que supone en muchos casos el disponer de recursos apropiados para una situación dada. Es importante entender  en qué medida los diferentes tipos de recursos y los instrumentos de influencia (diplomacia, disuasión militar, presión económica, etc.) pueden ser sustituidos los unos por los otros.
Existe una mayor tendencia a dar cada vez mayor importancia al poder soft (suave) frente al poder hard (duro) y a multiplicar los espacios de cooperación (las instituciones y los ámbitos multilaterales ganan en importancia) relega al pasado el discurso tradicional de los recursos militares como determinantes últimos de los poderosos en el sistema internacional. En términos generales, el poder es menos coercitivo (menos militar).
El poder hoy en día es un poder difuso, en términos de JOSEPH NYE “Difusión, que –según el autor estadounidense- ha sido propiciada, como mínimo, por cinco fenómenos: la interdependencia económica, los actores transnacionales, el nacionalismo en los estados débiles, la extensión de la tecnología y los cambios en el escenario político.

b)      Las reglas del juego

Hay que hacer una distinción entre el poder como suma de recursos que los estados poseen y la estructura externa que condiciona dicho poder. Es decir, lo que algunos autores definen como poder estructural: la habilidad para determinar las reglas del juego en la política internacional. En otras palabras, el poder como relación. Así, el poder de un estado es tal en la medida en que éste es capaz de ejercer su influencia sobre otros estados y, aún más, en la medida en que es capaz de establecer las reglas de juego (normas jurídicas, prácticas sociales, regímenes internacionales). En este sentido es importante conocer con exactitud el contexto en el que se va a desarrollar la actividad del estado, ya que los recursos y los objetivos de un estado adquieren sentido sólo cuando se ponen en relación con los recursos y los objetivos de otros estados.

Nuestro concepto de potencia nos lleva a preguntarnos por los estados que establecen las reglas del juego y que disponen de recursos y son capaces de movilizarlos para defender dicha reglas. Después de varias décadas de asumir la existencia de dos potencias – Estados Unidos y Unión Soviética – que estructuraban un sistema bipolar, el hundimiento del bloque soviético planteó múltiples preguntas.

c)      Las potencias: definición y clasificación

Se puede apuntar dos grandes tendencias a la hora de definir el concepto de gran potencia:
1.                       Algunos autores responden a la cuestión de qué es una gran potencia centrándose en su capacidad para ganar en una guerra a otra gran potencia o en su reputación como potencia militar, igualable pero no superable por ninguna otra potencia.
2.                       Otros autores consideran que una gran potencia es un estado cuya salida del sistema supondría un cambio total en la estructura del mismo.
Se observará que la definición genérica de potencia aquí retenida pretende aunar las dos tradiciones: aquella que define a la potencia a partir de sus recursos ( poder-posesión) y aquella que lo hace a partir de la función equilibradora o estructuradora que el estado cumple en relación con los otros estados (poder-relación).
La construcción y la evolución del sistema internacional desde 1945 hasta nuestros días es un ejercicio nuevo en muchos sentidos. De ahí que nos veamos obligados a abandonar la lógica histórica del sistema de estados europeos de los siglos XVIII y XIX, donde el concepto de gran potencia servía para definir a aquellos estados con recursos (más o menos equivalentes) de todo tipo, incluido el militar que les daba el poder de coerción, y que creaban las reglas del juego gracias a su participación en las guerras y en las grandes conferencias diplomáticas. El equilibrio del poder entre las grandes potencias (entre 5 y 7) constituía el mecanismo estabilizador del sistema. El sistema internacional surgido de la segunda guerra mundial rompió con esa lógica previa. Hablamos de varios tipos de potencias: la superpotencia, la potencia hegemónica, la gran potencia, la potencia media y la potencia regional. Fuera del marco de las potencias, existe un número amplio de estados, a los que se le reserva los conceptos de estado pequeño y de microestados.
ANTONIO TRUYOL nos habla de:
-          grandes potencias
-          superpotencias
-          potencias menores
-          pequeños estados
MARTIN WIGHT introduce tres tipos de potencias:
-          grandes potencias
-          potencias mundiales
-          potencias menores
MARCEL MERLE centra su tipología en el alcance del estado:
-          Potencias mundiales: aquellos que están en condiciones de desempeñar una función mundial
-          aquellos que desean desempeñar una función mundial pero cuya capacidad reduce su influencia a un sector particular de las relaciones internacionales.
-          aquellos que disponen de capacidad para ejercer funciones de líder regional
-          los que no desempeñan más que la función local más básica (preservar su independencia)

TOYNBEE caracteriza a la gran potencia como “la potencia política cuya acción se ejerce en toda la extensión del ámbito máximo de la sociedad en cuyo marco opera” o, a partir de MOSLER, nos dice que “lo que constituye la esencia de la gran potencia es la capacidad para tomar parte activamente en la política mundial”. En suma, TRUYOL acaba por definir las grandes potencias como “aquellas que se ven afectadas por todas las cuestiones que en cualquier sector y aspecto del mundo interestatal se susciten, aunque no participen en ellas directamente. Son las potencias con intereses generales, que se contraponen a las potencias con intereses particulares o limitados.”
Superpotencia Þ su alcance mundial viene determinado por su poder de disuasión (su capacidad militar  nuclear), que constituye la base de su influencia en el marco internacional y que se traduce en la creación de zonas de influencia (división del mundo) En esta definición se observa que la lógica bipolar domina el sistema en su dimensión político-militar y que, por tanto, hemos de hablar de dos superpotencias justamente en ese terreno. La desaparición del sistema bipolar no significa la desaparición de los recursos característicos de la superpotencia (militares y nucleares), sino la desaparición de las reglas del juego en dicho terreno. Lo que siempre genera incertidumbre. La desaparición de la Unión Soviética ha supuesto una revisión del concepto superpotencia.
De ahí la aparición del concepto potencia hegemónica, aplicado a los Estados Unidos sobre la base de su capacidad para marcar las reglas del juego en el terreno económico y en el terreno político-militar.
Gran potencia será aplicado tras la segunda guerra mundial a un grupo de países, con intereses mundiales, que cumplen funciones diferentes en el sistema. Ese grupo de países está formado, desde la perspectiva actual por Francia, Gran Bretaña, China, Japón y la República Federal de Alemania. Como miembros permanentes del Consejo de Seguridad y del Club nuclear, China, Francia y Gran Bretaña desempeñan un papel jerárquicamente superior en el sistema internacional que aúna historia, prestigio y voluntad política. Japón y la República Federal de Alemania consiguen gracias a sus recursos financieros y comerciales convertirse en erosionadotes del papel hegemónico de los Estados Unidos en el ámbito económico internacional.
Potencia media Þ es muy utilizado en los últimos años en referencia a países de tamaño grande o medio con una diplomacia activa en ciertas áreas (derechos humanos, mediación, fuerzas de mantenimiento de la paz) que les supone un gran prestigio. HOLBRAAD apunta que “las potencias medias son aquellas que, debido a sus dimensiones, sus recursos materiales, su voluntad y capacidad de aceptar responsabilidades, su influencia y estabilidad están en vías de convertirse en grandes potencias.” (España, Italia, Canadá, Brasil, India, México y Nigeria)
Potencia regional Þ se aplica a aquellos países que por su peso y su política en un marco regional concreto desempeñan el papel de gran potencia en ese ámbito geográfico, estableciendo las reglas del juego en el mismo. (India y Pakistán; Irak y Siria; Marruecos y Argelia)
No hace falta indicar que la mayor parte de los 191 miembros de las Naciones Unidas no pertenecen a ninguna de las categorías aquí mencionadas, careciendo a nivel individual de instrumentos de influencia y de papel alguno en la elaboración de las reglas del juego. Éste es el grupo de los estados pequeños o estados con una más que limitada participación en los asuntos internacionales. En su seno habrá que distinguir una categoría muy especial de estados, los microestados. La concepción general de microestado gira en torno a sus reducidas dimensiones en términos territoriales y/o de población. (250.000 habitantes como máximo).

1.      Factores condicionantes del poder del Estado.(PEARSON y ROCHESTER)

EL PAPEL DE LOS FACTORES SISTEMÁTICOS

Los factores sistemáticos están estrechamente relacionados con las explicaciones acerca del “interés nacional” y de su papel en el diseño de la política exterior, toda vez que los gobernantes a menudo definen el interés de sus países en términos de los desafíos y las oportunidades en el mundo que los rodea. En general, los gobernantes no tienen tanto control sobre los factores externos como el que sí tienen sobre los factores internos.

Entre estos factores del ambiente exterior de un país y que pueden afectar su política sobre esta materia se encuentran los siguientes:

→ Geografía

Dentro de las características más cruciales de la geografía y que pueden influir sobre la política exterior, están en primer lugar las condiciones a lo largo de las fronteras entre las naciones y en segundo término las distancias que deben recorrerse hasta llegar a puntos clave de interés estratégicos. (El recurso de la fuerza armada por parte de Alemania en la primera y segunda GM. por el hecho de estar geográficamente aprisionados por Francia y Rusia). La tendencia que muestran lo países en situaciones de amenaza cuando se encuentran en “sándwich”, consiste en tomar la iniciativa con ataques sorpresivos a efectos de evitar hostilidades prolongadas en los dos frentes.
Algunos factores geográficos, tales como la posesión de recursos naturales vitales, constituyen atributos nacionales. En este punto el interés se centra en aquellos factores geográficos de naturaleza sistemática, tales como la localización, el número de fronteras que se hace necesario defender y el grado de acceso a varios puntos del globo. La geografía puede conferir al país ciertas ventajas o desventajas que pueden afectar el comportamiento de la política exterior en una gran variedad de formas incluyendo el alcance de sus intereses y el grado de conflictos o de cooperación experimentado. Entre las posibles ventajas de que puede gozar un país están el control de vías acuáticas estratégicas o la lejanía entre países o potencias en conflicto. En la misma forma, las desventajas geográficas pueden incluir a los territorios prácticamente aislados siendo éste un problema que tienen más de 30 Estado en el mundo que carecen de salida al mar, o aquellos que siempre han estado muy cerca de los países en guerra.
Pero así como las ventajas se pueden evaporar debido a los cambios tecnológicos, la tecnología puede ser utilizada para superar ciertas desventajas.
Las fronteras continúan siendo muy importantes en opinión de los jefes de gobierno de las naciones-Estado (x.ej., China en el momento en que las tropas norteamericanas se acercaron a su frontera durante al guerra de Corea). Algunos analistas contemporáneos también han concluido que la proximidad geográfica incrementa los conflictos, y otros argumentan que esta proximidad incrementa o fomenta varias formas de cooperación interestatal que van desde el comercio y el tráfico de turistas hasta los contactos diplomáticos.

® Interacciones y vínculos internacionales

Existe evidencia de que el grado de similaridad o diferencia entre los países – esto es, la “distancia entre ellos” en términos políticos, culturales y de otra naturaleza – puede ser el factor determinante del volumen y de la naturaleza de las transacciones que tengan lugar entre ellos. Hablando en términos generales, entre más similares sean los países en términos de política y en términos económicos y culturales, mayor será el nivel de su comercio mutuo, de sus comunicaciones y de otras formas de interacción.
Es muy raro que las democracias peleen entre ellas. La explicación ofrecida a este patrón es que es difícil convencer a los habitantes de un país democrático a apoyar una guerra contra otra sociedad abierta que comparte sus mismos valores y a incurrir en costos sustanciales de vidas humanas y de recursos económicos en tal proceso; una explicación adicional es el mayor compromiso que supuestamente tienen las democracias respecto a las normas legales y a la búsqueda de compromisos como también al obstáculo de oposición a la guerra que representa para ellos la existencia de los parlamentos y cuerpos representativos.
A medida que existe un mayor número de democracias en el mundo, algunos teóricos predican una era de “paz democrática”. Es necesario ser cuidadoso, tanto acerca de la duración de las tendencias de democratización como de sus posibles implicaciones. en algunos Estados puede no existir una clase media próspera e influyente que se ha considerado como necesaria para una democracia estable. Por lo tanto, las tendencias recientes de democratización pueden ser aún frágiles.

 Aun cuando se ha dicho que “esta ausencia de guerra entre países democráticos es lo más parecido que podemos tener a una ley empírica de las relaciones internacionales” debe recordarse que las democracias plenas no aparecieron en  escena en el sistema de Estados de Westfalia sino hasta hace relativamente poco tiempo, esto es, algo más de un siglo; y también podría ser que la simple probabilidad de encuentros hostiles entre los Estados democráticos se presente en un mundo altamente democrático. más aún, los investigadores han encontrado que las democracias no han sido renuentes a enfrentarse en conflictos que no alcanzan los niveles de intensidad de una guerra.
Un sistema social de tal naturaleza puede definirse como un conjunto de entidades interactuantes en forma continua y muy cercanas entre sí. Los efectos de estas interacciones continuadas afectan a las entidades mismas y en ellas se observa que comprometen la mayor parte de sus energías en el sistema.
En la política internacional con frecuencia se encuentran “extraños compañeros en la cama”, pues como lo dice un viejo proverbio “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”. (Presidente Nixon y Mao (China y Estados Unidos) para contrarrestar el poder de la Unión Soviética)
Los países altamente endeudados con las potencias internacionales, a menudo carecen de los recursos financieros necesarios para adelantar proyectos de importancia y pueden ser presionados por sus acreedores para el pago de sus obligaciones. Los países que han proporcionado los recursos y las grandes potencias con frecuencia se ven también ligados entre sí por ciertas interdependencias. Una vez que los gobiernos invierten fuertemente en países extranjeros, van desarrollando intereses en que sobrevivan los respectivos gobiernos.

® Estructura del sistema internacional

Existe mucho debate de la forma como la estructura del sistema global afecta la conducta de los actores. Tradicionalmente éste se ha centrado en cómo la unipolaridad, la bipolaridad o la multipolaridad afectan las situaciones de conflicto y de guerra. Como es obvio, estas teorías pueden llagar a ser muy complejas y contradictorias. Se ha adelantado mucha investigación para evaluar las diferencias entre países rivales sin que se haya llegado a u consenso, excepto en la conclusión general de que la bipolaridad tiende a producir menos situaciones de guerra de todo el sistema, esto es, “mundiales”, mientras que permite luchas más focalizadas.
Análisis recientes acera de las estructuras del sistema internacional han venido a enfatizar un cierto proceso dinámico, esto es, la forma como los sistemas cambian y se transforman a lo largo del tiempo. se han hecho descubrimientos en el sentido de que los “ciclos largos” se repitan dentro del desarrollo del sistema, y se ha podido establecer que después del auge viene el descenso y luego un nuevo desarrollo posterior. De acuerdo con la teoría de los ciclos largos, la dominación de los grandes poderes con el tiempo se va deteriorando parcialmente por los altos costos económicos en la búsqueda y mantenimiento de una hegemonía, lo cual conduce a que otros Estados desafían a los primeros, lo que a menudo conduce a una guerra de gran envergadura. Como resultado de tales guerras, del deterioro natural o del surgimiento de grandes poderes nace un nuevo sistema internacional posiblemente con otra hegemonía que buscará definir las nuevas normas de comportamiento esperadas o las “normas del sistema”.
El poder se está convirtiendo en un elemento menos practicable, toda vez que es posible tener uno o más poderes militares de gran magnitud, simultáneamente con diversos grupos de poder compuestos por Estados muy influyentes que constituyen “centros de toma de decisiones” y que cambian en su comportamiento según sea la naturaleza del problema o situación de que se trate. Los teóricos han comenzado a especular en el sentido de que un sistema internacional en el cual los centros de influencia del poder son variables, puede ser menos estable que sistemas internacionales anteriores caracterizados por una bipolaridad o aun por una multipolaridad en el poder.
El papel de la estructura del sistema puede examinarse a nivel regional y global.

Las jerarquías y las disputas por el poder a nivel regional y global complican los caminos políticos que deben escoger los jefes de gobierno. Si una región está dentro de la “esfera de influencia” de una gran potencia mundial, el gobierno de esa potencia puede insistir en aprobar los movimientos políticos importantes que afectan  los Estados más débiles dentro del campo de influencia de la misma. (Rusia ® Ucrania, Georgia, Kazajhstán, Azerbaiyán, Armenia).
Es claro que el ambiente exterior de un país puede afectar el comportamiento y variar desde involucrarse en una guerra hasta la actividad comercial. La dirección del comercio internacional, la orientación de las comunicaciones internacionales, el intercambio de visitas diplomáticas, y la formación y disolución de alianzas reflejan hasta cierto punto el flujo y reflujo de las fuerzas sistemáticas.

EL PAPEL DE LOS ATRIBUTOS NACIONALES

La presencia o ausencia de varios atributos nacionales puede afectar en forma muy fuerte la conducta de un país en materia internacional, particularmente en términos de su alcance y de su modus operandi.
“Presión lateral” o un “efecto de la tetera” (x.ej., la ausencia casi total de recursos naturales en Japón) Þ a medida de que una nación-Estado cree tanto en población como en producción económica experimenta nuevas demandas de materia prima y de otros recursos y que solamente algunas de tales nuevas necesidades pueden ser satisfechas con recursos internos. El resultado es similar a la presión que se sucede dentro de una tetera; las presiones expansionistas pueden conducir a políticas expansionistas con el fin de obtener recursos necesarios en el exterior, bien por medios pacíficos o recurriendo a la violencia. En esta forma las limitaciones nacionales en términos de escasez interactúan con el sistema internacional en forma tal que los estados que están en proceso de expansión se ven enfrentados a la resistencia de otros Estados en proceso de expansión o de descenso.
A manera de un breve resumen acerca de la forma de agrupar estas características, se hablará de las siguientes:
1.      democráticos
2.      económicos
3.      militares
4.      atributos gubernamentales
Si se piensa en el poder como en la capacidad de actuar ( y especialmente de ejercer influencia sobre otros) en el campo de las relaciones internacionales, se puede entender cómo ciertos atributos nacionales pueden contribuir o limitar las capacidades de los Estados y por lo tanto su comportamiento de política exterior.

® Atributos demográficos

El tamaño, la motivación y la homogeneidad de la población de un país contribuyen a determinar los instrumentos de política exterior a disposición de sus gobiernos. Por tanto, ellos afectan el alcance de su política y su modus operandi y, en cierto grado, influyen sobre la política exterior respecto a otros países y sobre el éxito que se obtiene con el desarrollo y ejecución de tal influencia. El tamaño de la población es una faceta muy importante del poder nacional, principalmente porque una población grande proporciona el personal suficiente para las fuerzas militares y para la industria. Justamente la fuerza militar y la producción industrial permiten a un gobierno amenazar con el castigo u ofrecer contraprestaciones a otros Estados (x.ej., Cánada fracasa si rivaliza con los Estados Unidos o con Japón). Sin embargo, las grandes poblaciones pueden ser bendiciones contradictorias, especialmente si el estado en cuestión carece de los recursos necesarios para alimentar, educar y emplear grandes multitudes (x.ej., India).

Las divisiones étnicas de una sociedad también pueden causar serias presiones sobre los gobernantes y sobre quienes toman las decisiones en materia de política internacional. Algunos estados enemigos pueden verse tentados a apoyar grupos disidentes empeñados en derribar el gobierno de un Estado y dentro de un mismo Estado se pueden constituir grupos de oposición al gobierno y  a su política exterior si ellos se consideran amenazados por tales políticas (x.ej., India y Pakistán; Irak e Irán).
La noción más amplia de cultura aparentemente está atrayendo la atención de los investigadores como un factor que influye en el manejo de la política exterior. Por cultura se entiende en este contexto los usos, las costumbres, tradiciones y creencias que caracterizan la vida de las gentes, que con frecuencia se expresan en la filosofía, las artes y la literatura. Para un país puede ser crucial adecuar sus movimientos en materia de política exterior de una manera familiar y que básicamente sea aceptada como parte de las “normas” culturales de un país extranjero.
Los seguidores de la escuela realista tienden a argumentar que los aspectos étnicos y culturales de los Estados son mucho menos importantes al predecir las acciones de política exterior que sus propios intereses objetivos y sus propias necesidades reales.
Sin embargo, la interpretación de los líderes respecto a los eventos de carácter internacional y a sus tácticas para lograr las metas, particularmente en situaciones de crisis agudas y muy cercanas a la misma guerra puede estar muy condicionadas por su pasado cultural (x.ej., “salvar las apariencias” en el campo público internacional por parte de Japón)

® Atributos económicos

La demografía de un Estado está estrechamente relacionada con su economía. Una población adiestrada y avanzada a nivel tecnológico puede permitirle a un país alcanzar altos estándares de vida, gozar de ventajas comerciales en el mercado internacional y proveer asistencia o dominar a otros Estados. Por el contrario, países muy densamente poblados en relación con las capacidades tecnológicas y con la disponibilidad de capital y de recursos naturales son dados a tener economías y gobiernos inestables, a ser vulnerables a la penetración por parte de otros Estados, a sufrir hambrunas recurrentes y una pobreza crónica, y por lo tanto a orientar sus políticas internacionales hacia la búsqueda de ayuda externa y de protección militar.
En esencia son tres los tipos de características que afectan la conducta y la política exterior de un país:
a)                    El tamaño y la tasa de crecimiento de su economía ® El tamaño de la economía y las tasas de crecimiento se miden en términos del Producto Nacional Bruto (PNB), esto es, el valor estimado de la producción anual de bienes y servicios generados por la actividad económica de un país, internamente y en el exterior. Una economía grande generalmente induce a que se incremente su interés para influir sobre los eventos que se sucedan en el exterior, pero su tamaño también puede conducir a cierto grado de vulnerabilidad, tal como la dependencia de los recursos naturales.
b)                    Su nivel de riqueza nacional ® La riqueza global de un país (el ingreso total disponible por persona, generalmente medido en términos de PNB por habitante) también influye sobre la política exterior. Los países ricos se pueden dar el lujo de gastar importantes sumas de dinero en participar en las organizaciones internacionales y en mantener costosas embajadas en el exterior, no así los países pobres. La riqueza de un país obviamente también es el mayor determinante de si éste es un donante o un receptor de ayuda externa.
c)                    Naturaleza de su sistema económico ® Se considera a veces que el tipo o forma del sistema económico juega un papel muy importante en la política exterior de los países. Las economías capitalistas tienden a crear poderosos grupos interesados en el comercio mundial y la inversión internacional., En la protección de los activos en el exterior, los Estados capitalistas han tratado de oponerse y tumbar gobierno que advocan por la expropiación de la propiedad y la radical redistribución de la riqueza. Las materias económicas cada vez alcanzan mayor importancia en la política internacional de todas las diversas clases de Estados.

® Atributos militares

Un gobierno puede estar insatisfecho respecto a las condiciones del sistema internacional, pero si carece de la capacidad militar para cambiarlas, es muy probable que su política exterior permanezca relativamente pasiva y que se oriente más a la diplomacia que a la fuerza.
Los países pueden clasificarse de acuerdo con el tamaño de sus fuerzas armadas, el número de armas de varios tipos, los niveles de preparación militar, los gastos en que incurren por concepto de investigación y desarrollo, el valor de los gastos militares y el porcentaje de éstos sobre el Producto Nacional Bruto, o sobre el ingreso per cápita.
Los cambios en la política mundial y en las relaciones económicas a menudo se ven reflejado en los cambios en la calificación militar.
El nivel de preparación militar de un país o de un bloque de países es observado por otros gobiernos interesados en la planeación de su política internacional. Sin embargo, basarse demasiado en lo que se considera el nivel de disponibilidad de un país en un momento dado constituye un error. Un Estado puede estar inadecuadamente preparado para el comienzo de una crisis, pero puede lograr muy buenas condiciones posteriormente (Estados Unidos después del ataque de Pearl Harbor). La preparación relativa y la presión de la competencia militar pueden afectar fuertemente las políticas y doctrinas en materia de defensa.
Además de las  presiones burocráticas, los grupos de interés social (basados en intereses económicos, étnicos, ideológicos u otras preocupaciones compartidas) pueden tener impacto sobre la política exterior, sobre todo en las democracias donde tienen más libertad para organizarse y operar. Estos grupos de interés con frecuencia tienen unas relaciones cercanas “parroquiales” con agencias específicas de la burocracia gubernamental. Estos grupos de interés claramente producen más impacto sobre la política interior que sobre la política internacional; dentro de  este último campo es más probable que esos grupos tengan más impacto en materias de tipo económico que en materias relacionadas con la seguridad militar. Sin embargo, en una época de interdependencia, cuando los límites entre los campos de la política doméstica e internacional por un lado y los de la seguridad por otro, o la no seguridad se hacen más borrosos y confusos, los grupos de interés parecen que juegan un papel cada vez mayor en el campo de la política internacional.
La opinión pública también puede limitar la libertad de acción de un jefe de gobierno en materia de política exterior, especialmente en las democracias. Hasta cierto punto, los líderes tanto de sistemas políticos abiertos como cerrados pueden manipular la opinión pública, tomando como ventaja del hecho de que el público en general tiene un interés limitado y muy escasa información sobre los temas de política exterior. Se ha dicho que la opinión pública opera en forma de “cascada” con los “líderes de opinión” que se encuentran en la parte alta de la pirámide y quienes trasladan puntos de vista a la masa social que se encuentra abajo.
Finalmente, existe otro factor político que se considera que afecta la conducta en materia de política exterior: el nivel de inestabilidad política interna que experimenta un régimen. La inestabilidad política interna puede disminuir la credibilidad de la política exterior del país y afectar el campo o la magnitud de la participación en el exterior. Algunos teóricos también han especulado en el sentido de que los gobiernos presionados por conflictos internos es probable que emprendan luchas contra “chivos expiatorios” externos, con el propósito de desviar la atención pública de los problemas internos y buscar la unificación del país.

 Sin embargo, las evidencias sugieren que en la mayor parte de los casos, los gobiernos se muestran en general bastante reacios a arriesgarse en confrontaciones internacionales cuando su propia población, y quizá más importante, sus fuerzas armadas no están unificadas y no son confiables.

EL PAPEL DE LOS FACTORES DE IDIOSINCRASIA

Aquellos analistas que pueden denominarse como “deterministas del entorno” argumentaron que al menos el 90% de las decisiones que toman los gobiernos naciones y los resultados de tales decisiones habrían ocurrido cualquier que fuera la identidad de las personas específicas que se encontraban en las posiciones correspondientes para tomar las decisiones. Especialmente en el caso de las “grandes” eventos se argumenta que los limitantes objetivos y las fuerzas históricas que constituyen el entorno de las diversas situaciones son más importantes que cualquier individuo en particular (x.ej., el duro tratado de paz de 1919 y la subsiguiente depresión económica en Alemania habrían producido la venganza por parte de los alemanas, sin importan quién fuera el líder político. ADOLFO HITLER no fue el “causante” de la II GM).
Otros autores ponen de presente que ciertas individualidades, ya sean “demonios” o “santos”, están realmente en capacidad de determinar los grandes eventos mundiales. Aquellos que se apegan a la teoría del gran hombre (o de la gran mujer), u otras explicaciones de política internacional que se focalizan en los individuos que toman las decisiones, hacen énfasis en el papel de los factores idiosincráticos.
El hecho es que al tratar de obtener un entendimiento pleno acerca de la política exterior se deben tener en cuenta tanto las condiciones objetivas como los factores idiosincráticos. Adoptando lo que puede denominarse el enfoque del “posibilismo ambiental”, se argumentaría que el entorno tanto doméstico como internacional de quien toma decisiones (esto es, los atributos nacionales y los factores sistemáticos), imponen ciertos límites sobre la capacidad de actuar, pero que los individuos tienen, y en efecto ejercen, ciertos elementos de libre voluntad que marcan la diferencia. Se podría esperar que los factores idiosincráticos fueran especialmente importantes en las dictaduras donde uno o un pequeño grupo de líderes domina el establecimiento de la política, aun cuando tales factores también pueden ser muy importantes en las democracias. es probable que en estas últimas, los factores idiosincráticos jueguen un papel más importante en la política internaciones que en los procesos de política interna, toda vez que los gobernantes tienen una vía más libre en el campo de la política internacional.
Una de las razones por las cuales los individuos hacen una diferencia es que no todos ven el entorno en la misma forma. HAROLD y MARGAET SPORT fueron de los primeros en establecer que para quien toma una decisión, existen ambientes “objetivos” o “psicológicos”, esto es, diferencia entre la realidad y la percepción o imagen de la realidad en cada individuo.
Los individuos pueden tener diferencias no sólo de su visión del mundo sino también en atributos de su personalidad, como su temperamento. La impetuosidad o impulsividad de los jefes de estado o la forma en que toleran opiniones adversas y opuestas, pueden tener importantes implicaciones en las decisiones de política internacional. (x.ej., se ha dicho que la “personalidad autoritaria” de WOODROW WILSON se derivó de la forma estricta como fue educado por sus padres.)
Un factor que ha recibido creciente atención en los últimos años es el posible impacto del género en el manejo de la política exterior.
Determinar si los líderes hombres en efecto son inherentemente más agresivos e insensibles que las mujeres que tienen el mismo papel , es en realidad una cuestión empírica que podría estar sujeta a la comprobación si más mujeres vinieran a asumir posiciones de liderazgo. hasta ahora la evidencia histórica sobre el papel de las mujeres en la política mundial no es muy clara.
Los factores de idiosincrasia pueden afectar la política internacional cuando la persona adecuada, ya sea hombre o mujer, resulta estar en el puesto adecuado y en el momento oportuno.
Ya sea atribuible a la inercia burocrática o a otros factores, algunos países tienden a mantener una cierta tradición en su política exterior, independientemente de los jefes de Estado.
En conclusión, los aspectos idiosincráticos son importantes, tienen un impacto en el modus operandi de la política internacional, particularmente en el grado de firmeza y propensión hacia el uso de la fuerza demostrada por un país.

2.      El ejercicio del poder en el sistema internacional.(BARBÉ)

LA ESTRUCTURA DEL SISTEMA INTERNACIONAL

La estructura del sistema internacional ha sido definida como la configuración de poder surgida de las relaciones entre los actores. La noción de estructura sirve, a nivel analítico, para establecer lo límites dentro de los que se mueven los actores en su conjunto.
BRUCAN ® “son las estructuras, las capacidades y las relaciones de poder que prevalece en el sistema en un determinado momento las que determinan el carácter de la pauta de las relaciones entre naciones y, de tal manera, la naturaleza del sistema internacional”.
 Los análisis que centran su interés en al estructura del sistema y en su mantenimiento, en tanto que factor de orden en las relaciones internacional son los responsables de convertir la lógica sistémica en una lógica conservadora y defensora del statu quo.
La jerarquía en relación con los actores – las potencias/estados del sistema- es determinante de la estructura del sistema. De ahí que, debamos definir la estructura como la configuración de poder generado por las potencias del sistema.
Si reducimos los actores que configuran la estructura del sistema a las potencias es porque sólo ellas disponen del poder estructural que permite dictar las reglas de juego a nivel global en el sistema internacional.
PISTONE ® “Mientras bastante a menudo se tiende a usar indistintamente la expresión “sistema internacional” y “sistema de estados”, en nuestra opinión es más correcto usar la primera expresión cuando nos referimos al conjunto constituido por un sistema de estados y por la sociedad transnacional que aquél encuadra, y la segunda expresión cuando en cambio nos limitamos a considerar el sistema de los estados, prescindiendo del tipo concreto de sociedad transnacional al que está vinculado”.
SUSAN STRANGE ® el poder estructural comporta el control sobre la seguridad, sobre la producción, sobre las finanzas y sobre los conocimientos (ciencia, técnica y cultura).
Los análisis históricos sobre el auge y la desaparición de las potencias nos muestran que en, mayor o menos medidas, las cuatro dimensiones del poder aquí enunciadas están presentes. Los análisis de los globalitas, por otra parte, nos indican que las dimensiones soft del poder (comunicaciones, finanzas) son vitales en la actualidad.
La noción de estructura ha de servirnos para comprender la realidad. En ese sentido, PISTONE introduce uno de los elementos que más ha interesado a los teóricos del sistema internacional, al escribir: “La jerarquía entre estados y el equilibrio entre las grandes potencias constituyen los dos elementos estructurales fundamentales en el marco de la anarquía internacional, que la transforman de un simple pluralidad caótica de estados en un sistema de estados, o sea en una realidad caracterizada por un orden relativo y por tanto relativamente más comprensible y más previsible en sus procesos concretos”.
La noción de equilibrio entre las grandes potencias en el sistema internacional (balance of power o equilibrio de poder) tiene una larga trayectoria en el pensamiento político occidental y en la teoría de las relaciones internacionales. El número de potencias es el criterio más habitualmente utilizado para establecer la tipología de sistemas internacionales. Aquí hablaremos de tres tipos de sistemas: multipolar, bipolar y unipolar o imperial.
Antes debemos introducir un segundo criterio útil para el análisis.
RAYMOND ARON ® “(...) me paree fundamental la distinción entre sistemas homogéneos y sistemas heterogéneos. Llamo sistema homogéneo a aquellos en los cuales los Estados pertenecen al mismo tipo y obedecen al mismo concepto de política. Llamo heterogéneos a aquellos sistemas en los que los Estados están organizados de acuerdo con otros principios y proclaman valores contradictorios”.
No hay que olvidar que el control sobre las ideas (sistemas de valores) constituye una de las dimensiones del poder estructural. por tanto, una fuente de poder para las potencias.
La noción de equilibrio está presente respectivamente en el sistema bipolar y en el sistema multipolar. Sin embargo, el sistema unipolar o sistema imperial está determinado por la lógica de la hegemonía.

® Sistema unipolar o sistema imperial

Responde a la lógica imperial, es decir, una única potencia establece la agenda, dicta las normas y controla todas las fuentes del poder. La potencia hegemónica reúne en sus manos las fuentes de coerción e impone su sistema de valores. Es un sistema homogéneo por definición, en el que las relaciones de dominación se dan en vertical (de arriba abajo)

® Sistema bipolar

Está determinado por el equilibrio entre dos potencias. Lo que significa que nos encontramos en su sistema en el que dos potencias gozan de capacidades equivalentes y superiores a las de las restantes unidades del sistema, y de un mecanismo para establecer el equilibrio bipolar. Dos potencias establecen la agenda, las normas e imponen la coerción al conjunto. El sistema puede ser homogéneo, caso de que las dos potencias compartan los mismos valores, y heterogéneo, caso de no ser así. El cambio de sistema puede derivar de diversas situaciones:
-          Fracaso del equilibrio bipolar y la consiguiente guerra entre las dos potencias
-          Erosión del liderazgo de las potencias (una o las dos) respecto de los propios estados que lideran
-          Erosión generalizada del sistema gracias al establecimiento de relaciones interbloques por parte de los estados liderados a un lado y otro

® Sistema multipolar

Está determinado por el equilibrio entre varias potencias. El poder de coerción está más dividido que en el caso anterior y el mecanismo de equilibrio en el sistema está asociado a la idea de alianza. La alianza se contrapone a cualquier intento de hegemonía por parte de alguna de las potencias. Lo que en muchos casos supone el recurso a la fuerza como mecanismo de equilibrio entre las potencias. La heterogeneidad introduce incertidumbre permanente respecto del valor de las alianzas. El cambio de sistema, en este caso, va a estar habitualmente supeditado a un cambio de alianzas, que puede degenerar en una guerra entre potencias e, incluso, en al aparición de nuevas potencias.

La tipología aquí ofrecida es básica.
El proceso de cambio de sistema está vinculado a una guerra general, de la que surge una nueva configuración de potencias, encargadas de establecer las normas del nuevo sistema (tal como sucedió en 1815, 1919 o en 1945). Estas teorías contemplan habitualmente como criterio la desaparición de determinados actores y la aparición de otros nuevos.

EL PROCESO DEL SISTEMA INTERNACIONAL

El proceso constituye el aspecto dinámico del sistema internacional, en tanto que sus interacciones van a ser las que determinen la erosión de la estructura y, finalmente, el cambio de sistema.
BRECHER ® “un sistema posee a la vez componentes estáticos y dinámicos. La estructura nos indica cómo se sitúan los actores, los unos respecto de los otros. Sus variables fundamentales son el número de actores y la distribución del poder entre ellos. El proceso designa las redes de interacción entre los actores de un sistema.. Las variables fundamentales de interacción son el tipo, identificado siguiendo un continuum conflicto/cooperación, y la intensidad, que traduce el volumen de interacciones durante un período determinado. Se postula la existencia de un vínculo entre la estructura y el proceso: cada estructura posee el proceso de interacción que le corresponde y una estructura crea y mantiene interacciones regulares.
Una vez definido el proceso como las redes de interacción que se originan entre los actores de un sistema, se tratarían de abordar las dos variables fundamentales del mismo: tipos de interacción y intensidad de las mismas.
Hay que matizar lo escrito por BRECHER en el sentido de que “cada estructura posee el proceso de interacción que le corresponde”. La estructura no es un elemento estático en tanto que el proceso la dinamiza constantemente. Sin embargo, sí es cierto que una estructura rígida supone interacciones más pautadas. Cuando la estructura es más flexible o está cargada de incertidumbres, el proceso es central para el analista por su potencial de cambio.
Por interacciones internacionales HOCKING y SMITH entienden que “las interacciones internacionales son procesos políticamente relevantes de comunicación e intercambio entre los actores en el sistema internacional”.
Esos procesos de comunicación y de intercambio se sitúan en un continuum conflicto/cooperación. De ahí que identifiquemos como tipos fundamentales de interacción los dos apuntados: conflicto y cooperación.
Entre un extremo (guerra) y otro (integración), el continuum de interacciones pasa por etapas diversas que marcan los niveles de discordia, de máximo a nulo, entre los intereses existentes:
1.      Un nivel máximo de conflicto, que degenera en conflicto armado.
2.      Un nivel de conflicto en el que persiste la discordia, bien sea porque no se hacen intentos de adaptar las incompatibilidades o porque éstos fracasan.
3.      Un nivel de cooperación, en el que los actores perciben la necesidad de coordinar sus intereses.
4.      Un nivel de nula discordia o de armonía, que se alcanza mediante procesos de integración entre estados, creándose “zonas de paz”

® El conflicto como interacción básica: la guerra

Constituye la dimensión “de mayor audiencia” de las relaciones internacionales. Las relaciones internacionales ofrecen un sinfín de definiciones del concepto conflicto.
DUROSELLE ® apuntaba que por conflicto se puede entender:
1.                     Choque entre dos voluntades opuestas sean cuales sean los medios utilizados o que decidan utilizar los adversarios para asegurar el triunfo de sus decisiones
2.                     Situaciones sucesivas en las cuales dos o más jugadores consideran un objeto como una baza cuya posesión merece que se corran unos riesgos.
3.                     Conjunto complejo de tensiones en las que la acción del hombre de estado va acompañada por reacciones emocionales colectivas.

Se puede destacar una serie de rasgos del conflicto internacional:
a)      la existencia de intereses divergentes, base del conflicto, da lugar a un litigio (voluntades opuestas)
b)      la defensa de dichos intereses comporta la utilización de instrumentos diversos (uso de la fuerza)
c)      el conflicto evoluciona con el paso del tiempo, a causa de las actitudes de las partes del litigio, dando origen a fases diversas

KAL HOLSTI escribe que el conflicto, que puede llevar a una situación de violencia organizada, emerge de una  combinación particular de partes, de posiciones incompatibles sobre un litigio, de actitudes hostiles y de determinadas acciones diplomáticas y militares.
El criterio central es el de escasez, en la medida en que el beneficio de una parte va en perjuicio de la otra. (x.ej., el control de la ciudad, santa, de Jerusalén constituye un ejemplo de la incompatibilidad de valores entre árabes y judíos, y de la escasez, sólo hay una)
Para RAYMOND ARON, el conflicto es una oposición entre grupos e individuos por la posesión de bienes escasos o la realización de valores mutuamente incompatibles.
Al hablar de origen de los conflictos hay que distinguir entre dos criterios:
-          escasez
-          incompatibilidad
En muchos casos los dos criterios son inseparables.
La “cadena conflictiva” se autoalimenta en las zonas de mayor depauperación, implicando a la población y a los estados. La implicación directa de la población en los conflictos que acarrean violencia es un hecho evidente.
En suma, se puede decir que el conflicto es una situación en la que los actores tienen intereses incompatibles que les llevan a oponerse, bien sea por la posesión de bienes escasos o por la realización de valores incompatibles, llegando incluso al uso de la fuerza para alcanzar sus objetivos.
El conflicto sufre cambios a lo largo del tiempo. Se puede hablar de un proceso de desarrollo. Ese proceso viene marcado por la tensión, entendida como las actitudes y predisposiciones, tales como desconfianza o sospecha, que la población y los políticos de una parte tienen hacia la otra parte (x.ej., israelíes y sirios)
El paso adelante en el conflicto puede ser hacia la solución del conflicto, pero también puede suponer una escalada en la tensión latente y conducir a una situación de crisis.
La crisis constituye una etapa del conflicto, caracterizada por la explosión repentina de acontecimientos inesperados.
Desde el punto de vista del decisor político, los elementos distintivos de una crisis son:
Ø  El efecto sorpresa en la acción del enemigo.
Ø  La percepción de una gran amenaza
Ø  La percepción de tener poco tiempo para responder
Ø  La percepción de las consecuencias negativas que puede acarrear la inactividad.
La crisis es un “momento de la verdad” en la vida del conflicto en el que las dos partes demuestran si sus posiciones se mantienen o han variado.
Así llegamos a la guerra. “La situación de conflicto entre dos o más Estados” llega en ocasiones a una circunstancia extrema de empleo de la fuerza armada, que es la guerra. La guerra constituye la dimensión militar del conflicto.
SINGER y SMALL ® “Una guerra internacional es un conflicto militar librado entre entidades nacionales, de las cuales por lo menos una es un estado y que, como mínimo, produce mil bajas entre el personal militar”
QUINCY WRIGHT dice que para estudiar la guerra había que estudiar “todas las hostilidades que afectan a miembros de la familia de nacionales, bien sean internacionales, civiles, coloniales o imperiales, y que sean reconocidas como estado de guerra bien en el sentido jurídico o bien porque supongan la movilización de 50.000 efectivos de tropa”

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