lunes, 23 de julio de 2012

Refugiados palestinos en el Mundo Árabe


Introducción:
Como resultado de los conflictos militares que ocurrieron antes y después de la creación del Estado de Israel, aproximadamente un millón de palestinos fueron obligados a abandonar sus casas, propiedades, etc. para buscar refugio en otro lugar. Estos acontecimientos quedan en la memoria de los Palestinos como la “Nakba” (=catástrofe); así se produjo la “fragmentación, devastación y fractura total de la sociedad palestina”[ Claves para entender la situación de los refugiados palestinos  Karma Nabulsi]. La mayoría de estos refugiados eran comerciantes, granjeros, trabajadores, etc. Se desplazaron a los países árabes vecinos, principalmente a Jordania, Siria y Líbano mientras otros miles fueron dispersados por el resto del mundo y otra porción se refugió en las partes de Palestina que Israel no ocupaba. Puesto que Israel ha rechazado aplicar la resolución 194 de ONU de 1948 la cual imponía el retorno de los refugiados, la esperanza para una solución rápida ha disminuido y el FLEAU de los refugiados se ha vuelto peor.
Cuando la UNRWA[1] registra a los refugiados por primera vez en 1950, contaron 910.000; en 1998, este numero había aumentado hasta 3,5 millones debido al incremento natural de la población y a la Guerra de los Seis Días de 1967. [The Palestinian refugees: old problems, new solutions Abraham Badram].
La UNRWA fue creada con la finalidad de ayudar y asistir directamente a los refugiados palestinos y hasta hoy ha seguido desarrollando esta tarea aunque la naturaleza de la organización fuera la de actuar solamente por un tiempo determinado. Principalmente “ha alimentado, dado vivienda y vestido y, al mismo tiempo, ha proporcionado educación y atención sanitaria a cientos de miles de jóvenes palestinos” [Karma Nabulsi].
Después de más de 60 años, los refugiados todavía viven en campos de refugiados y esperan una solución al conflicto.
Analicemos ahora la situación social, económica y política de los refugiados en los tres principales países de acogida que son Jordania, Líbano y Siria.

Jordania:
Jordania ha alojado un número importante de refugiados durante las guerras de 1948 y 1967. Contamos hoy aproximadamente 1,5 millones, de los cuales el 20 % viven en los campamentos y el resto en las ciudades. El país cuenta con 13 campamentos, construidos cerca de las ciudades principales del Reino, pero encontramos los 3 más grandes en la capital Amman.[ Les camps de réfugiés palestiniens en Jordanie: une situation humanitaire difficile Abrar Mikkawi].
En diez de los campamentos, los refugiados se benefician de la ayuda y la supervisión de la UNRWA pero esta organización nunca hubiera sido capaz de cumplir esta tarea sin la cooperación del gobierno jordano para los gastos de servicios fuera de los campamentos, como las infraestructuras, la educación (instituto y universidad), la seguridad y la salud, así como especialmente los empleos en el sector publico. También el gobierno de Jordania se ha encargado de supervisar los tres últimos campamentos que no pertenecen a la UNRWA.
El 80% de  los refugiados que viven fuera de los campamentos son considerados como privilegiados. Parece que no haya mucha diferencia entre ellos y la población de Jordania en lo que concierne a las condiciones de vida. Además su nivel de vida se encontraría entre el de las populaciones urbanas y rurales. Al contrario de los jordanos, se benefician también de un seguro de enfermedad y medicamentos gratuitos. Estas buenas condiciones de vida son debidas  a una larga integración en la sociedad. “The various comparisons between living conditions of the refugees in Jordan and elsewhere refer to Jordan as the better situation” [ Mohanna Haddad chapter 12]. Sin embargo, la situación no es la misma en los campamentos donde el desempleo es mucho más fuerte y las condiciones higiénicas, las viviendas, los factores sociales, económicos y políticos afectan más profundamente a los. Los que se quedan en estos campamentos son aquellos que no tienen una formación profesional o educación suficiente para integrarse en la sociedad. Viven una situación más preocupante, en condiciones socio-económicas deplorables, en infraestructuras que no son suficientes para una densidad de población demasiado elevada [Abrar Mikkawi]. Una de las grandes diferencias con los otros países árabes es que Jordania ha proporcionado ciudadanía y pasaportes a todos los refugiados que lo han querido. Estos documentos les permiten todavía ahora vivir, trabajar, poseer une propiedad, votar y también salir del país para trabajar fuera de Jordania [chapter 19 Hussein Ramzoun]. Esta ayuda entra en un proyecto nacional de la unificación del Reino Hachemita de Jordania después de la anexión de Cisjordania. El objetivo era el de integrar a la población palestina en el nuevo Reino, pero políticamente es difícil para los refugiados el rechazar su identidad cultural, y significaría abandonar la idea de volver un día al territorio de Palestina [http://halshs. Archives. Ouvertes.fr]. Esta situación provoca un desequilibrio; cuando casi la mitad de la población de Jordania está esperando a una solución final en lo que concierne su identidad y su estatus, una estabilidad real en los asuntos sociales, económicos y políticos siempre será difícil [chapter 21 Rateb Amro].

La gestión de los refugiados parece haber sido guiada por consideraciones de política interior, con el objetivo de llegar a una estabilidad interna del Reino Hachemita. Hoy día esperan poder elegir entre vivir en Jordania o finalmente volver en Palestina. Por esta esperanza, aun si una gran parte se ha integrado socialmente en Jordania, no ha sido todo lo esperado por el gobierno jordano a pesar de haber dado la nacionalidad a todos estos refugiados. Sin embargo, en lugar de seguir luchando con fuerza por el retorno, los refugiados han desarrollado una actitud  más pragmática para mejorar sus condiciones de vida con la ayuda de Jordania. Hoy día, aprovechan sin duda la mejor situación de los países árabes de acogida, pero sin olvidar que siguen siendo refugiados.

Líbano:
Desde la llegada de 300.000 palestinos a sus territorios Líbano siempre ha aplicado la misma política de rechazo total de cualquiera integración de los refugiados. Casi inmediatamente, fueron separados de la sociedad y siempre bajo del control estricto del Estado libanés, el cual, de todos modos, era incapaz de ofrecer una mejora en la acogida. En estos tiempos, Líbano era un Estado recientemente independiente y ya entonces era muy frágil. El tratamiento discriminatorio que ha aplicado era una oportunidad de manifestar su presencia y su capacidad de administración organizada en la clasificación, distribución de documentos de identidad y censo de las pertenencias a las distintas confesiones. Los cristianos se beneficiaron de una naturalización discreta mientras los musulmanes sunís, considerados como elementos desestabilizadores del equilibrio frágil de las comunidades en Líbano no tuvieron esta misma suerte [Refugies palestiniens au Liban Sylvain Perdigon www.laviedesidees.fr]. Son sometidos a varias restricciones que les impiden ejercer sus derechos a pesar de que algunos hayan nacido y se hayan criado en Líbano. Sufren de una discriminación sistemática que les obliga a vivir en campamentos deteriorados y abarrotados o en asentamientos informales, ambos careciendo de las infraestructuras básicas. Las leyes les impiden también incluso llevar materiales a los campamentos para mejorar sus casas. Son marginados, considerados como intrusos y una amenaza que necesita ser controlada. Esta discriminación se hace patente en el mercado laboral, donde 70 tipos de trabajos les están vetados, lo que resulta en “una elevada tasa de desempleo, salarios bajos y malas condiciones de trabajo”. A estos refugiados que ya viven en la precariedad les ha impuesto el gobierno restricciones al acceso a la educación pública y a los servicios sociales. Además, entre 3 y 5 mil refugiados todavía no tienen ningún documento de identidad, ni de la UNRWA, ni del gobierno libanés. Las condiciones de los refugiados en Líbano siempre han sido complicadas por los distintos hechos que han sucedido en la región. Han sufrido la guerra civil libanesa de 1975 a 1990, la invasión de Líbano por Israel en 1982 y su ocupación hasta 2000, así como el enfrentamiento entre Israel y Hezbolá en 2006. Sobre todo, recordaremos la expulsión de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en 1982 la cual ha dejado a los refugiados sin representación ninguna mientras que con los factores exteriores los que deciden por ellos [Exilio y sufrimiento: población política refugiada en Líbano Amnesty Internacional].
Líbano justifica esta marginalización por su precaria economía y su frágil equilibrio demográfico entre comunidades, la cual es vital en el sistema político libanes. También dice que un desarrollo de asistencia a los refugiados, mientras las negociaciones están en curso, podría ser interpretado dentro y fuera de Líbano como la creación de condiciones para una reimplantación de los refugiados, lo cual disminuiría su derecho al retorno [chapter 15 Kais M. Firro].
En esta situación de marginalización, los refugiados son casi totalmente dependientes de la ayuda de UNRWA, la cual hace lo posible para disminuir el sufrimiento pero le falta muchos recursos. Asiste de la misma manera que en otros campamentos de los países árabes de acogida pero sin el apoyo del gobierno local, los resultados son mucho más preocupantes. Los refugiados de Líbano son considerados como los que han padecido las condiciones mas difíciles de entre los países de acogida [Réfugiés palestiniens au Liban, una situation sociale plus précaire Bernard Ravenel et Sylviane de Wangen www. France-palestine.org].

Siria:
Hasta hoy, Siria ha acogido aproximadamente unos 500.000 refugiados palestinos. La mayoría ha llegado después de la guerra de 1948 y otra parte después de la Guerra de los Seis Días. Siria fue también el país de acogida de los refugiados que ya estaban instalados en los países vecinos pero que han huido otra vez. Unos huyeron de Jordania por el conflicto del “Septiembre Negro” de 1970, otros huyeron de Líbano cuando fue invadido por Israel en 1982. Hay 10 campamentos oficiales de la UNRWA, la cual organiza los mismos tipos de servicios que en los otros países de acogida. Al lado existen otros 4 campamentos no oficiales establecidos por la GAPAR.
Los refugiados tienen los mismos deberes y responsabilidades que los ciudadanos siros. Pueden recibir la nacionalidad y ejercer los derechos políticos que van con ella, son libres de realizar movimientos en toda Siria, y también se benefician de los documentos de viaje necesarios para moverse fuera de Siria a condición que posean la nacionalidad siriana y de que sean registrados con GAPAR[2].
En el mercado laboral no necesitan permiso de trabajo y pueden trabajar en todos los sectores. incluso en el gobierno. En las responsabilidades de los refugiados está incluido el servicio militar en “The Palestinian Liberation Army” bajo el control de Siria. Tienen derecho de poseer un negocio y de entrar en los sindicatos. La mayoría de los refugiados no ha tenido dificultades para encontrar un empleo. La estabilidad económica se refleja en el porcentaje elevado de refugiados que pudieron salir de los campamentos e implantarse en la sociedad siriana, que se estima en el 70% de ellos.
Los niños generalmente van a les escuelas primarias en los campamentos organizadas por la UNRWA y luego continúan en las escuelas segundarias y universidades del gobierno sirio. Tanto como los estudiantes sirios, pueden beneficiarse de becas para ir a estudiar en el extranjero. Todos los refugiados tienen acceso a todos los servicios sociales del gobierno.
La única restricción importante se encuentra en el dominio de las propiedades. Hasta 1968 no tenían derecho a poseer ninguna propiedad. Ahora, solamente son autorizados a poseer una casa por persona pero todavía no lo están a hacerlo con propiedades de campo [www.un.org].







[1] United nations relief and work agency for palestinian refugees in the near east.
[2] General Authority for Palestine Arab Refugees

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