¿Tiene la Política Comparada entidad propia dentro
de la Ciencia Política?
Si, en la medida que dicha entidad se adquiera al aproximarse
a la disciplina mediante la sustantivación del método, diferenciándolo del
método comparativo como algo general tal y como lo conocemos en las ciencias
físicas y siendo este capaz de integrarse como parte del objeto (el comparar
como fin, como forma de conocer)
Nacida en la década de los 60, la Política Comparada
tiene una peculiaridad ciertamente determinante a la hora de ser incluida como
subdisciplina de la Ciencia Política, y es la proximidad (por no decir
igualdad) en el objeto de su estudio, siendo la diferencia determinante
respecto a ésta el método de aproximación a tal objeto.
Éste por si solo podría ser un argumento válido
para desestimar la inclusión de la Política Comparada en el lugar al que aspira
y definiéndose entonces únicamente como un método de aproximación al objeto del
que ya es titular la ciencia mayor, (diríamos en ese caso que Política
Comparada es la simple aplicación del método comparativo a la Ciencia
Política). Pero surgen a su favor otros argumentos que pueden contrarrestar la
evidencia de que el objeto es confuso y que solo el método difiere claramente
de la Ciencia Política:
-
Una vez
reconocida la dualidad objeto-método como posibles formas de aproximación a la
Política Comparada, podemos afirmar que es perfectamente legítima la definición
de esta disciplina a través de su método, y es la propia existencia de la posibilidad
de comparación lo que le da sustantividad a la misma.
-
Perteneciendo
al débil campo de las Ciencias Sociales y Humanas, no es necesario más que
constatar la dualidad existente, sin necesidad de eliminar ninguna de las
opciones, validas ambas como aproximación a la disciplina.
Es verdad por otra parte, y éste no es solo un problema
de la Política Comparada, si no en general de las Ciencias Sociales, que el
pequeño numero de casos dados crea un problema insalvable que exige la
adaptación de la disciplina, que deberá trabajar con ellos y con las
limitaciones que ello conlleva, ya que la validez científica es menor cuanto
mas pequeño es el campo a analizar (únicamente el comportamiento electoral se
puede desligar de ello por su inmensidad, pero aun así aislar las variables que
lo provocan puede ser tarea difícil debido a la unicidad de cada lugar y cada
momento histórico).
Siguiendo a P.Mair (2001:448) la Política
Comparada está compuesta por
el estudio de:
-
Países
Extranjeros
-
La
comparación sistemática y específica de los mismos con fines indicativos o
incluso explicativos
-
El método de
investigación
Vuelve a surgir aquí un elemento disidente, y es
la renuncia de la Política Comparada a la búsqueda de la verdad absoluta y a
cerrar los casos como definitivos y verdaderos una vez estudiados, si no que en
cambio debe el investigador estar siempre dispuesto a dar una segunda vuelta, a
corregir, a mejorar, a ampliar, lo que impide asegurar hipótesis y desarrollar
teoremas siempre tan deseables en cuanto está de por medio la palabra Ciencia.
Aunque irrefutable, podemos combatir este argumento con el colchón que nos
proporciona el incluir una vez mas la subdisciplina que defendemos en una
Ciencia Social, por lo tanto derivamos el debate a una instancia mas alta que
no incumbe desarrollar aquí, aunque condicionará nuestra respuesta, es decir,
será científica la Política Comparada en la medida que lo es la Propia Ciencia
Política.
Difícilmente encaja también la inclusión de el
Estudio de Caso bajo el paraguas de la Política Comparada, cuya única
justificación encontraremos en que es un requisito, si no imprescindible, al
menos mas que útil para sentar las bases de una futura comparación.
En la línea con lo que se ha dicho ya, surge la
cuestión de que papel juega la Teoría en la Política Comparada si, como ya
hemos dicho, el empirismo de la disciplina es solo relativo y el mundo que se
estudia es cambiante e inestable (Marsh, 1997: 278). Laiz (2003:94) establece
que existen dos tipos de Teoría, una con mayúscula que comprende los paradigmas
generales, y una con minúscula que está hecha con los retazos de cada una de
las grandes teorías con las que el investigador armará el caso concreto que es
objeto de estudio y en el que muchas veces converge cierta especialidad que
justifica este hecho. Y es que como demuestra la evolución de la Ciencia
Política el seguimiento de un solo paradigma o de un solo modelo teórico con
total fidelidad sin tener en cuenta la necesidad de una cierta elasticidad que
encaje los golpes a los que todo teorema social se expone es poco menos que
absurdo.
No deja de ser frecuente al estudiar una
disciplina descubrir como históricamente surgen dos formas de aproximación
opuestas y a menudo excluyentes, y no es hasta que se combinan las virtudes de
ambas cuando se pueden tejer cuerpos teóricos completos.
Aun queriendo defender la existencia de la Política
Comparada como disciplina autónoma, hay que reconocer que las formas Teóricas
de adentrarse en ella es de común uso con otras muchas ramas de la Ciencia
Social, por otra parte quizás pueda ser novedosa la forma de aglutinar las teorías
en una clasificación que surge específicamente en torno a la Política
Comparada,
-
Por nivel de
explicación: La ambición es diferente, macro (teoría general de sistemas y
estructural/funcional), meso (cabe aquí el estudio de área o el institucional
propio de la edad joven de la Política Comparada o micro (destacando el
conductismo, la elección racional o el elitismo)
-
En base a la dicotomía
Estado/Sociedad: que consiste en dar prioridad al Estado (con una Teoría del
Estado mas elaborado) o por el contrario dar esa prioridad a las fuerzas
sociales imperantes en el, estableciendo únicamente la figura del Estado como
Marco en el que estas fuerzas desarrollan su actividad. Encontramos aquí la
figura del pluralismo, que parte de la premisa de un Estado moderno complejo,
pero que al analizar las fuerzas sociales que lo ocupan olvida explicar de que
instrumentos disponen en la lucha (Teoría del Estado de elaboración mas débil)
Sobre el método:
Largo y tedioso sería
explicar aquí el los distintos métodos que podemos utilizar, justificarlos o
desarrollarlos. Baste con señalar que la Política Comparada hace suyos muchos
de los utilizados en la Ciencia Política, y por su carácter comparativo
adquieren relevante importancia los métodos cuantitativo y cualitativo; el
primero, asociado con el surgimiento de la Ciencia Política y su temprana
aspiración a la categoría de Ciencia Empírica, de neutralidad. Y una vez más en
contraposición surge el método cualitativo de tendencia contraria, de
especificidad. Si volvemos a hacer válida la lógica seguida en el punto
anterior, el extremismo no es para nada deseable, ya que es excluyente y por tanto reduce los posibles beneficios,
siguiendo a Miguel Beltrán (1985:34), hay que dejar que sea el objeto el que
justifique si se usa el método cualitativo o el cuantitativo.
Conclusiones:
Nada existe
por si sólo, la comparación forma parte de la vida, es intrínseca del ser
humano
De los muchos argumentos expuestos, no pocos
podrían conducir las conclusiones al rechazo de la Política Comparada como
disciplina independiente dentro de la Ciencia Política, pero hemos tratado de
demostrar que la Política Comparada se puede entender como un fin en si mismo, la comparación como
resultado, como un ente propio que se hace sustantivo por el mero hecho de
existir, todo lo humano no existe si no es mediante la interdependencia, por
las referencias mas o menos cercanas que lo hagan medible. De nada sirve decir
que España es una democracia si no conocemos otros sistemas, sean o no
democráticos, que nos sirvan de referencia, de metro, de pulso de nuestro
propio sistema. Dicho de forma coloquial, un café no es barato por valer un
euro, sino por la conciencia que tenemos (comparada) de que valiendo tres euros
dejaría de ser barato.
BIBLIOGRAFIA:
BELTRÁN, M. (1985): “Cinco vías de acceso a la
realidad social” Revista Española de
Investigaciones Sociológicas, num. 29, enero-marzo: pp. 7-41.
CAÏS, J. (1997): “Análisis entre
países”, en Metodología del análisis comparativo. Madrid: CIS: pp.
83-100.
LAIZ, C. y ROMÁN, P. (2003): “La
Política Comparada”, en Política Comparada. Madrid: McGraw Hill: pp.
1-15.
LAIZ, C. y ROMÁN, P. (2003): “El
método”, en Política Comparada. Madrid: McGraw Hill: pp. 73-91.
LAIZ, C. y ROMÁN, P. (2003): “La
teoría en política comparada”, en Política Comparada. Madrid: McGraw Hill: pp.
93-110.
LLAMAZARES, I. (1995): “El análisis comparado de
los fenómenos políticos. Una discusión de sus objetivos metodológicos,
supuestos metateóricos y vinculaciones con los marcos teóricos presentes en las
Ciencias Sociales contemporáneas”, Revista de Estudios Políticos, nº 89,
julio-septiembre.
MAIR, P. (2001): “La
política comparada: una visión general”, en GOODING, R. y H.D. KLINGEMANN
(eds.), Nuevo manual de Ciencia Política. Madrid: Istmo: pp.447-489.
MARSH, D. y STOCKER, G (1977) Teoría y métodos en la Ciencia política.
Madrid. Alianza.
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