Ensayo sobre el documental El triunfo de la voluntad
El triunfo de
la voluntad se trata de un documental realizado en 1935 por Leni
Riefenstahl de claro corte propagandístico nazi por la cantidad de elementos
ideológicos y persuasivos que se desprenden de él. El documental se divide en
cuatro partes, siendo la primera de
ellas una especie de introducción donde se muestra la llegada del líder Hitler
a la ciudad de Nüremberg fuertemente aclamado por una multitud; en el segundo
día, se muestran múltiples discursos que se encuadran en la apertura del
congreso nazi así como un discurso de Hitler sobre la necesidad del trabajo
para reconstruir Alemania a una multitud formada en actitud pseudo-militar; la
tercera parte se centra n unos discursos pronunciados por Hitler a las
Juventudes Hitlerianas y otro que conmemora el aniversario de la llegada al
poder del partido nazi; y la cuarta parte, centrada en la majestuosidad de las
tropas de las SS y las SA así como de los desfiles militares ,y en unos
discursos pronunciados de nuevo por Hitler en los que destaca la reafirmación
de la supremacía del partido nazi en Alemania. Cabe destacar la abundancia de
desfiles militares en las distintas partes del documental.
En el documental
destacan numeroso aspectos ideológicos, siendo uno de los más llamativos el
carácter militarizado que adquiere la sociedad; todo queda impregnado por el
ejército, lo que hace referencia a la disciplina que se quiere imponer desde
las élites a la sociedad, quedando reflejado así el marcado carácter fascista
del partido nazi ya que se pone de manifiesto la visión por parte de este
partido de una sociedad dividida en 2: la élite que manda y la masa que
obedece. El reflejo del carácter fascista del partido nazi se puede observar en
los continuos discursos llevados a cabo por Hitler y los demás líderes nazis,
ya que hay una continua exaltación del líder, en este caso Hitler, al cual se
refieren todos como la persona que guiará a Alemania, y que se erige como
adalid de la masa social, del pueblo. Este líder se compromete en los numerosos
discursos pronunciados en el documental a llevar a Alemania a recuperar su
esplendor, a una nueva época de grandeza para lo que era necesario la unión del
pueblo alemán y el trabajo en común de todos los alemanes en favor del Estado
alemán, identificado con el partido nazi y con Hitler en partes del discurso en
lo que puede considerarse otro aspecto ideológico del documental: el lenguaje
exaltado, populista, que proporciona al pueblo lo que quiere oír; Hitler se
sirve de la sugestión hacia el pueblo para conseguir el apoyo de la gente y se
olvida de la argumentación en gran medida. Esta sugestión se sirve de una
campaña de marketing, la cual se ve escenificada en varias partes del documental
como por ejemplo la aparición de formaciones de miles de personas que, junto a
los planos del avión por ejemplo, dan la impresión de un enorme poderío humano
y tecnológico; los efectos sonoros otorgados por las orquestas en numerosas
partes del documental; o la simbología utilizada continuamente con las
esvásticas, que permiten a la gente adherirse con total facilidad a una
ideología representada por el führer.
Se muestra la
importancia de la educación en los discursos que realiza Hitler a las
Juventudes Hitlerianas, en los cuales se intentan inculcar unos valores
fuertemente nacionalistas basados en la necesidad de mantener la pureza de la
raza y de mantener Alemania desde dentro mediante el trabajo de todos. Estos
valores son representados en planos de enorme expresividad en los que se muestra
cómo los alemanes preparan su propia comida y luego la reparten, en una especie
de muestra autárquica; y en la muestra de los deportes practicados por jóvenes
alemanes que demuestran la superioridad de la raza aria.
Planos tan
simples como una multitud de niños uniformados o aquél que representa un
discurso en el que se relaciona directamente a Alemania con Hitler y viceversa
fueron capaces de causar tales sensaciones en los cuerpos de los alemanes de la
época que les unieron e hicieron partícipes de una idea, de un objetivo común,
y es ahí donde reside la maestría artística de la directora Leni Riefenstahl,
una maestría artística que en mi opinión queda empañada por la inmoralidad de
poner el arte al servicio de unos fines políticos, y más en concreto de los
fines políticos nazis. El poder del arte es inimaginable por ser capaz de
sugestionar a masas enteras, y es por ello que una ideología basada en la
sugestión y no en la argumentación y en el raciocinio no merecen mi más mínimo
respeto sin tan ni siquiera entrar a valorar los resultados que dichas ideas
provocaron. Este es un claro ejemplo de la paradoja de como el arte, tantas
veces portador de belleza, sabiduría y reflexión puede generar elementos de
signo tan contrario al de los que deberían ser, en mi opinión, considerados los
3 estandartes de la humanidad.
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