Que los despachos de abogados no tienen estrategia de
marketing se ve en los horribles nombres que encontramos en las placas de los
edificios. La identidad de marca es nula y su plan comercial está destinado al
fracaso.
Aquí van algunos de los errores más comunes.
El uso de nombres
genéricos es el error más frecuente, olvida de adjetivar tu marca con
términos tan horrorosos como bufete, asociados, práctica jurídica, estudio
jurídico. Sólo llevarás a tus clientes a la más absoluta confusión.
Una larga combinación de nombres es otra de las piedras que
le puedes poner a tu marca. No pongas más difícil aún a tus clientes memorizar
tu nombre. ¿Sois 4 abogados y tenéis un despacho del tipo Molina, García, Sánchez
y Romero? Estáis locos…
Si además combinas el primer error con el segundo, tu marca
directamente sonará a broma.
Los latinismos no aportan nada. Palabras como Lex o Iuritas
sólo suponen otro escalón idiomático entre tú y tu cliente. Por no hablar de la
práctica masiva que han hecho los abogados de esta nomenclatura.
Mi consejo. Escoge un nombre con pocas sílabas, fácil de
pronunciar y de memorizar en varios idiomas. Tu despacho y tus clientes te lo
agradecerán.
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